¡Bien por Danilo!
Desde el mismo momento que llegó a nuestro país el señor James W. Brewster, representante en su calidad de embajador, del presidente de Estados Unidos de América, Barack Obama, el autor de esta columna advirtió que era un grave error del jefe de gobierno de EEUU hacer la designación en nuestro país de una persona ignorante cabalmente de las reglas que rigen las relaciones internacionales en el orden diplomático y advertíamos que la presencia de esa persona y de su acompañante en territorio dominicano, tenía como objetivo fundamental hacerle campaña a los que integran una organización de homosexuales reconocida internacionalmente con las siglas de LGBT y que era una falta de respeto al pueblo dominicano haber designado con esa investidura de tanta importancia a una persona que desconoce no solamente las relaciones diplomáticas sino también la historia de nuestro pueblo.
Son tantos los atrevimientos y las impertinencias de esa persona que el presidente de la República, del gobierno del Partido de la Liberación Dominicana,compañero, Danilo Medina Sánchez, se ha visto obligado a poner en su puesto a quien ha faltado el respeto al Estado, al Gobierno y al pueblo dominicano.
¡Bien por Danilo! Eres el jefe del Estado dominicano y responsable personal de la conducción de la política externa de nuestro gobierno; funcionario de la más alta jerarquía del Estado, elegido en elecciones democráticas y libres con una votación del 62% en los comicios de mayo del corriente año. El presidente Medina es un veterano dirigente, político formado en la escuela de dignidad, responsabilidad y el honor, que fundó el presidente moral y eterno de la República y gran maestro político de América, el profesor Juan Bosch.
Deben tomar notas las autoridades diplomáticas estadounidenses acreditadas aquí, del atrevimiento y de la agresión permanente de quien representa al presidente de Estados Unidos en nuestro país, nación agredida físicamente dos veces con fuerzas militares, legendario pueblo de América que enfrentó a partir del 28 abril de 1965 la intervención de Estados Unidos avalada ilegítimamente por la Organización de Estados Americanos (OEA), que recibió el repudio de la mayoría de los pueblos del mundo y que obligó al gobierno abusador del presidente Lyndon B. Johnson a sentarse en una mesa de negociaciones en la cual fue obligado a respetar a este pueblo “Legendario veterano de la historia y David del Caribe”.
No es con representantes de la censurable conducta en todos los aspectos del señor James W. Brewster, que pueden desarrollarse las relaciones recíprocas.
Es bueno recordar que en ocasiones anteriores y durante el largo mandato que duró la dictadura de Rafael Trujillo Molina, vinieron a este país funcionarios diplomáticos con las mismas costumbres y matices sexuales del actual representante del gobierno estadounidense y Trujillo no obstante su agresividad e intransigencia, pasaba por alto esa situación y con cinismo se burlaba de ellos, porque nunca se atrevieron hacer manifestaciones públicas de sus desviaciones sexuales.
La mayoría, por no decir la totalidad, de esos funcionarios eran en realidad diplomáticos profesionales, no saltimbanquis, propagadores y exhibicionistas de esa corriente que bajo el camuflaje de LGBT, en la realidad de las relaciones humanas, representa un comportamiento inaceptable para el pueblodominicano.
POR: Euclides Gutiérrez Félix información@elnacional.com
