Opinión

CRÓNICA DEL PRESENTE

CRÓNICA DEL PRESENTE

¡44 años después!

 

El 16 de febrero de 1973 fue ejecutado en la montañas de la Cordillera Central, el coronel Francisco Alberto Caamaño Deñó, expresidente del gobierno de la República en Armas y jefe militar del Movimiento Constitucionalista, que se inició el 24 de abril en horas de la mañana en la ciudad de Santo Domingo, que tenía como misión básica el retorno al gobierno constitucional de la república presidido por el profesor Juan Bosch, que había sido elegido por una abrumadora mayoría de nuestro pueblo el 20 de diciembre de 1962 y derrocado siete meses después, en septiembre de 1963, por una conspiración dirigida por las fuerzas políticas y militares auspiciada por el gobierno de Estados Unidos de América, a quienes sirvieron en cuestionable comportamiento de sometimiento, militares dominicanos, dirigentes políticos de la oligarquía criolla y un importante sector de la jerarquía de la Iglesia Católica.

La orden de ejecución de Caamaño Deñó, a quien cariñosamente por vínculos de entrañable amistad familiar llamábamos Francis, salió del Palacio Nacional, asiento del presidente de la República Joaquín Balaguer.

En aquel momento el autor de esta columna tenía 12 días detenido en las cárceles de la Policía Nacional, donde se encontraban otros compañeros y subalternos del presidente Caamaño: el coronel Gerardo Marte Hernández, Diómedes Mercedes, Nelson de Peña y Adolfo Lantigua. Ahora, 44 años después, estamos absolutamente convencidos de que no quedamos más que muy pocos sobrevivientes de quienes conocieron a Caamaño desde que era un niño, al igual que al resto de sus hermanos y hermana que le sobrevive, Milagros Caamaño Deñó.

Esa razón nos autoriza a no aceptar las cosas que el oportunismo y la improvisación organizan en forma de homenaje para el recuerdo de este prócer militar que llena de orgullo a nuestro pueblo.

El pasado jueves 16 de este mes, los militares constitucionalistas y los combatientes civiles acompañados de María Paula Acevedo viuda Caamaño, (Chichita), y del teniente coronel Francis Caamaño Acevedo, hijo del prócer, y civiles que fueron funcionarios del gobierno que Caamaño presidió, auspiciaron una misa en su recuerdo en el Convento de los Dominicos, ubicado en la Padre Billini esquina Hostos de la Ciudad Colonial.

En un acto de esa naturaleza se tiene presente también a Rafael Fernández Domínguez, Manuel Ramón Montes Arache, Juan María Lora Fernandez, militares que cumplieron con su deber de defender nuestro pueblo a quienes se suman, el italiano Illio Capocci, el francés André de la Riviere y el haitiano Jacques Viau Renaud, a cuyo lado están también Juan Miguel Román, Euclides Morillo, Norge Botello, José Jiménez y una lista extensa de héroes que viven en el recuerdo como próceres de la República.

Bajo la jefatura política de Juan Bosch, exiliado impedido de regresar al país por el gobierno de Estados Unidos que presidia el nefasto Lyndon Johnson, el Gobierno Constitucional de la República en Armas, presidido por el coronel Camaño Deñó, escribió en la historia milita contemporánea de América, el más hermoso episodio que llenó de admiración no solamente a los pueblos hispanoamericanos, sino también a otros pueblos del mundo y a personajes de extraordinario relieve mundial, como el presidente Charles de Gaulle y el comandante Fidel Castro Ruz, que apoyaron a nuestro pueblo que enfrentó con dignidad las tropas estadounidenses para mantener viva la independencia, soberanía y dignidad de la nación dominicana.

El Nacional

La Voz de Todos