Opinión

Crónica del Presente

Crónica del Presente

Por la verdad histórica

(III)

Esta tercera columna la dedicamos a dejar establecida la verdad histórica acerca de los orígenes y del proceso de la vida de José Trujillo Monagas, soldado español, especializado en enfermería, abuelo de Rafael Trujillo Molina, que sirvió en territorio dominicano a las tropas de la monarquía española durante el período de La Anexión entre 1861-1865. Citando los “Apuntes Biográficos sobre José Trujillo Monagas”  escritos por el  ensayista e historiador español Manuel Hernández González, consignamos que Trujillo Monagas “ascendió el 12 de marzo del año siguiente, 1874, a la categoría de inspector (de la Policía de La Habana, egf) de ese sector habanero, cobrando1,800. Temeroso por su vida, después de sufrir varios atentados, se embarcó oculto con dirección a Portugal en julio de 1875. Para esto había obtenido licencia previa y de allí fue a la Península…”.

Más adelante, cuando Trujillo Monagas había regresado a Cuba  el autor dice: “…Acusado de un delito, acudió al Capitán General Jovellar, presentándose preso en una fortaleza. Se le alzó la detención después de que sus detractores fueron cesados de sus puestos. Sobre lo mismo redactó el propio Trujillo Monagas varias poesías, reproducidas en Los Criminales de Cuba. El 27 de febrero de 1877 se reintegró a ese puesto”. Ahora, para demostrar que Trujillo Monagas no era un criminal analfabeto, autor de un libro escrito por otra persona, “acerca de cómo matar delincuentes, léase, repito, restauradores dominicanos y martianos cubanos”, como afirma el distinguido y afamado columnista, don Álvaro Arvelo hijo, vamos a copiar el verso que en respuesta a la acusación que se le hizo en Cuba de un delito que no cometió, y que dice:

“Luché una vez contra el revuelto bando/ de vicios y de crímenes hechura,/ y pasaba mis horas de amargura/ los crímenes y vicios refrenando./ Del bueno los aplausos conquistando,/ solo al perverso le causé pavura,/ y así trepé por la gigante altura/ la bandera del orden desplegando./ La envidia entonces se arrastró insolente,/ y ansiosa de encontrarme en el camino,/ fuerza pidiole al huracán rugiente…/ Formose en mi redor un torbellino…/ lanzome al mar y … ¡levanté la frente!/ que luchar y vencer es mi destino”. Este verso de José Trujillo Monagas es el primero de los tres recogidos en las páginas 52 y 53 de la segunda edición de su libro puesto en circulación en la colección “Desde América” por Ediciones Ideas, en el año 2006.

Otros datos importantísimos acerca de este personaje son, cito: “El 9 de julio de 1881, por sus méritos, el Capitán General Ramón Blanco (de Cuba, egf) lo designó para el puesto, hasta entonces inexistente, de Segundo Jefe de la Policía de La Habana, aprobada por el Rey el 18 de enero de 1882, de cuyas actividades dará cuenta la obra que aquí prologamos”, dice el director de la colección “Desde América”, Manuel Hernández González. Y mas adelante reseña: “Desde aquí pasó a ser designado Jefe de Policía de la provincia de Santa Clara. En 1895 desempeñaba ese empleo, tal y como relata Pérez Carrión”.

Y más adelante continúa: “Durante esos años, José Trujillo Monagas se dedicó a profundizar en sus estudios y a licenciarse como abogado. El 3 de mayo de 1882 solicitó autorización para incorporar al Instituto de La Habana todas las asignaturas de segunda enseñanza que había cursado privadamente en el Colegio de San Fernando…”. Y agrega que Trujillo Monagas “Hizo constar que estudió castellano, latín, retórica y poética, historia universal y de España, psicología, lógica y ética, aritmética y álgebra, geometría y trigonometría, física y química, historia natural, fisiología e higiene, agricultura, francés e inglés, ‘habiendo demostrado sobresaliente aplicación y aprovechamiento’”. Y señala el biógrafo que: “Trujillo Monagas culminó la licenciatura de Derecho en la Universidad habanera. Matriculado en la Facultad de Filosofía y Letras el 29 de septiembre de 1882, cuando contaba con 41 años de edad y era vecino del número 49 de la calle Crespo. El 22 de junio de 1886 finalizó los estudios en Derecho Civil y Canónico, por lo que solicitó el examen para la licenciatura. El 30 se examinó y alcanzó ese grado”.

El distinguido y afamado columnista don Álvaro Arvelo,  en su apasionada, veleidosa e indocumentada crítica a lo que hemos publicado sobre este personaje en “Trujillo Monarca sin Corona”, afirma que Trujillo Monagas no fue “médico, abogado, escritor, políglota, e intelectual”. Títulos que el autor de esta columna no ha endosado al personaje. La historia es ciencia, no  pasión y es necesario reiterar que sobre Rafael Trujillo, como personaje histórico, el régimen que organizó y dirigió y el proceso  en el cual sirvió como motor e instrumento, en la numerosa bibliografía que pasa de 250 ejemplares que se han publicado, a las que se suman miles de artículos y columnas, más del 50% de las ideas,  argumentos, análisis y juicios que se han emitido carecen  de seriedad. Continuaremos.

El Nacional

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