Opinión

Crónica del Presente

Crónica del Presente

Por la verdad histórica
En “Apuntes Biográficos sobre José Trujillo Monagas”, calificado de estudio critico por su autor, el historiador y ensayista español Manuel Hernández González, abundando sobre las  características del biografiado, dice: “José Trujillo Monagas fue un policía que quiso pasar a la posteridad a través de una activa campaña de promoción pública de su labor. Desde un principio era conciente de la trascendencia de la propaganda de sus éxitos policiales en la sociedad cubana de la segunda mitad del siglo XIX. Pérez Carrión afirmaba que, ya desde 1865, formaba parte de la redacción del periódico La Prensa de La Habana, dirigido por Gil Gelpi Ferro. Sería precisamente este periodista quien daría a la luz en 1881 su irrupción bibliográfica, Los Criminales de Cuba y El Inspector Trujillo, que condensaba en sus páginas su labor profesional hasta aquel entonces”.

Más adelante, dice: “Los Criminales de Cuba demuestra palpablemente la influencia de las teorías sobre el determinismo criminológico de César Lombroso. La biografía de Trujillo se acompaña de la historia de todos y cada uno de los criminales apresados, incluso su retrato. Incluso se exponen los desertores del ejército, los cimarrones, los prófugos y las detenciones de índole menor. Se culmina con la estadística numérica y la catalogación de los delitos, clasificándose por provincias y razas”. Apunta el  ensayista español que: “Su labor policial fue objeto de critica y contestación, en especial por el periodista republicano federal Niceto Solá y Freixas. Éste, después de pasar una temporada en la cárcel resurgió como un periodista comprometido con la abolición de la esclavitud, la descentralización, el antimilitarismo y los derechos sindicales. Sus periódicos pudieron sobrevivir gracias al apoyo de los sindicatos tabaqueros. La censura de prensa lo obligó a cambiar aproximadamente cada seis meses el titulo de sus periódicos hasta que, en 1886, una sentencia judicial le hizo dejar el periodismo por espacio de seis años…”.

 Como parte de un juicio final del biografiado, Hernández González dice: “José Trujillo Monagas resume como pocos la psicología perspicaz y aguda del policía decimonónico. Su capacidad de penetración en la conducta y hábitos del común de la sociedad, y especialmente del hampa, le dio una considerable fama en La Habana, en las últimas décadas del colonialismo español, unas repercusiones sociales que supo explotar y de las que dio cumplida cuenta en su obra y que pudieron ser heredadas por su celebre nieto (Rafael Leonidas Trujillo, egf). Urrutia, en su biografía, apuntaba que se había popularizado de tal forma su nombre que ‘es hoy causa de terror entre los malvados, bastando anunciarlo para que se destruya cualquier plan siniestro, intento o delito premeditado, oyéndose a veces cosas increíbles en un siglo de luces como el que vivimos’…”. Y citando de nuevo a Urrutia, Hernández González dice: “Nosotros sólo creemos que Trujillo nació para policía y que su constancia, firmeza y demás circunstancias que tiene lo han llevado merecidamente al respetable puesto que ocupa, y que hoy como ayer en nada se ha alterado su modestia”.

En la parte final de sus apuntes sobre Trujillo Monagas, Hernández González dice: “El canario autonomista Pérez Carrión, recogiendo el testimonio de otro autor, expresó que ‘por su talento, ilustración, perspicacia, mirada penetrante y buen sentido, había nacido para policía. En cualquier otro pueblo, como el de los Estados Unidos, Inglaterra y Alemania, por ejemplo, donde el benemérito roza con los asuntos políticos-administrativos, Trujillo Monagas hubiera alcanzado uno de los puestos mas elevado del ramo’”. Al finalizar el estudio critico, insertado en la segunda edición del libro de Trujillo Monagas, Hernández González hace otro estudio titulado “Los ñañigos, su historia, su práctica, su lenguaje”, en el cual presenta a Trujillo Monagas como un sociólogo empírico que aportó a la historia de Cuba el primer documento en “el que se revelan los secretos de esta organización, un texto que ya mereció el interés del etnógrafo cubano Fernando Ortiz. Los ñañigos o abaquas fueron una sociedad secreta de hombres solos fundada en Cuba hacia 1830 por unos negros esclavos procedentes de los Calabares y del Sur de Nigeria,…”.

En “Apuntes Biográficos sobre José Trujillo Monagas”, a partir de la página 27 se explaya,  la importancia histórica del informe del gran canario, enfermero militar, policía y abogado, que procreó en Santo Domingo, durante el trágico, dramático e inolvidable episodio de La Anexión a España, con la criolla Silverio Valdez, a su hijo José Trujillo Valdez, alias Pepito, asesino y fullero que casó con una dama pueblerina, costurera, de conducta moral incuestionable, con quien procreó una larga familia de once hijos de los cuales sobrevivieron diez, entre ellos Rafael Leonidas Trujillo Molina. Finalizamos en la próxima columna.

El Nacional

La Voz de Todos