Opinión

Danilo y la Barrick

Danilo y la Barrick

El debate sobre la revisión del contrato con la Barrick Gold se parece mucho a esas novelas en que el final de la trama puede advertirse desde el primer capítulo. La secuencia torna muy evidente la estrategia como base del estilo  en que se ha apoyado y que por ahora ha dado magníficos resultados al presidente Danilo Medina.

Ninguna de sus decisiones, ni siquiera las llamadas visitas sorpresas, son productos del azar. Como tampoco el patriotismo que de buenas a primeras ha brotado en importantes sectores de poder sobre la conveniencia política y económica de revisar el contrato con el consorcio que explota los yacimientos de oro de Pueblo Viejo, Cotuí. Se trataba de un discurso de la oposición, a pesar de que en su momento sus representantes legislativos endosaron el cuestionado convenio. Pero ahora son influyentes figuras del oficialismo, como el presidente de la Cámara de Diputados, Abel Martínez, los que han asumido el discurso sobre la necesidad de revisar el pacto con la Barrick Gold.

La advertencia de los embajadores de Canada y Estados Unidos en el sentido de que las revisiones unilaterales de contratos con firmas extranjeras podía afectar la seguridad jurídica y el clima de inversiones no ha aplacado el movimiento, que no deja de crecer, sobre la Barrick Gold.

Los diputados no sólo han creado una comisión para estudiar la conveniencia, sino que figuras  cercanas a Medina, como el ministro Administrativo de la Presidencia, José Ramón Peralta, han advertido que si bien el Gobierno respeta y garantiza la seguridad jurídica, su misión primordial es preservar el patrimonio nacional. De manera que resulta previsible que el Gobierno contempla o está decidido a  revisar el contrato con la minera; Y si lo hace será, para cumplir con el guión, cuando las circunstancias garanticen un impactante golpe de efecto. Ese ha sido el estilo de un gobernante que mide cada uno de sus pasos.

El Nacional

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