Opinión

De mujer a mujer

De mujer a mujer

Los últimos sondeos para las elecciones de octubre próximo en Brasil daban un empate técnico (alrededor de 34%) entre la presidenta Dilma Rousseff y la candidata del Partido Socialista Brasileño (PSB), Marina Silva. Las dos mujeres han polarizado la campaña, relegando a un tercer plano, aunque no muy lejano, al socialdemócrata Aecio Neves, quien hasta el 13 de agosto corría en la segunda posición en la preferencia del electorado. Por ahora todo indica que el certamen se decidirá entre las dos mujeres que de un tiempo a esta parte han polarizado el proceso en una nación que gracias a las reformas que introdujo Fernando Henrique Cardoso y que continuó Lula da Silva se ha convertido en una de las grandes economías del mundo.

Dilma y Marina no solo son de izquierdas, sino que, salvo sus orígenes sociales, tienen mucho en común en otros aspectos. Y aunque ambas fueron ministras de Lula da Silva las circunstancias la han enfrentado en el actual proceso político. A las dos se reconoce no solo capacidad, sino mucha honradez. Con todo y los escándalos que matizaron la construcción y rehabilitación de los estadios para el Mundial de Fútbol montado bajo la gestión de la Rousseff. De hecho, se ha ponderado que prominentes figuras del partido en el poder han sido juzgadas y condenadas por irregularidades cometidas en el desempeño de sus funciones. No se sabe si por el espíritu levantisco o por cuál razón, pero los brasileños no están satisfechos con la actual mandataria. Un simple aumento en los precios del transporte público en ciudades como Río de Janeiro y Sao Paulo bastó para desatar una oleada de protestas que puso a las expectativas a la opinión pública.

Con otros ingredientes, como el elevado costo de los estadios y la insuficiencia de los sistemas sanitario y educativo, las protestas se extendieron hasta la víspera de la ceremonia de apertura del Mundial de Fútbol, un deporte que forma parte del ADN de los brasileños. (La apabullante derrota por goleada ante Alemania y Holanda de la selección de Brasil, que se tenía como una de las favoritas, no ha dejado de gravitar, de alguna manera, en el actual proceso electoral). Y para colmo de males, la economía de ese gigante latino y del mundo ha entrado en recesión. Dilma, que debe ganar las elecciones porque ha gobernado con responsabilidad, tomando las medidas que benefician a los brasileños, sin importar las consecuencias para su popularidad o sus propias posibilidades electorales, ha tenido muchos factores en contra.

De todas formas, sea la actual mandataria, que es la candidata a vencer, o la ecologista Silva, Brasil quedará en buenas manos. Ambas son dos luchadoras que gozan no solo de una trayectoria diáfana, sino que están comprometidas con el bienestar y el desarrollo de su país.

 

El Nacional

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