Opinión

DE SALUD Y OTRAS COSAS

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El país vive del rumor

Hoy es domingo, 16 de agosto, y tengo varios días escuchando rumores sobre los posibles cambios en la conformación del gabinete.

La política es como un deporte nacional. Ella se nutre de la especulación y el rumor.

“El rumor es una afirmación general que se presenta como verdadera, sin que existan los datos concretos que permitan verificar su exactitud” ( Allport y Postman l967).

No sé si recuerdan, cuando la gente corrió despavorida hacia el Mirador Sur ante el rumor de que “ entraría un maremoto”. Para Koenin ( 1985) este tipo de rumor obedece a las tres C ( crisis , conflictos y catástrofe), refiriéndose a que existe un trauma social agudo y un temor personal a perder la vida ante una tragedia inminente.

El rumor es un informe que circula de persona en persona, y aunque no confirmado, es un asunto de interés publico ( Petersen y Gist ( 1945).

Este domingo leyendo El Nacional confirmarán que algunos rumores sobre la decisión presidencial no eran ciertos.

Poner a “correr una bola” puede iniciarse en una especulación radial y en pocos minutos se activa una red de llamadas telefónicas que habitualmente tienen la siguiente introducción:

“Pasa por aquí pues creo que me están grabando”.

Paradójicamente el rumor se potencia cuando al receptor se le dice: “Prométeme guardarme este secreto”. En nuestra cultura equivale  a decir “que solo lo sepas tú y el pueblo”.

La transmisión del contenido especulativo de una noticia sufre distorsiones, pues en  boca de “habladores, fabuladores, mentirosos  y fantasiosos” el número de muertos de una tragedia se duplica.

El rumor toca la actualidad y se trata siempre de un hecho de interés público.

El rumor barrial puede ser local: “En esa casa se mueve algo raro”; “ El que tiene Sida es don fulano”; “ Esa dama tiene un amante”, etc.

El contador de rumores tiene su estilo. Habla en voz baja, tuerce la mirada, te hala hacia un rincón y cuando te dice “ Tengo que confesarte algo del número uno” se está refiriendo al Presidente.

Como pedirle al Presidente que mueva de los cargos a los que han sido sus jefes históricos en un partido que “era” ortodoxo?

No se deje tupir por rumores, no los propague, vaya a la fuente básica de información y aplique su propia racionalidad pues “en boca cerrada no entran moscas”.

El Nacional

La Voz de Todos