Opinión

DE SALUD Y OTRAS COSAS

DE SALUD Y OTRAS COSAS

Con Skype 660 millones de personas en todo el mundo conversan, mantienen comunicaciones telefónicas por Internet y  se pueden ver uno a los otros por vídeo conferencias.

Un dominicano habla con su madre que está en Holanda, con la novia que vive en Estados Unidos  y aquí se comunica con los compañeros de universidad.

Las migraciones, el avance incesante de la tecnología de las comunicaciones  ha provocado que gentes de diferentes nacionalidades se entrelacen sentimental y comercialmente.

En el fascinante libro “Amor a distancia” (Nuevas formas de vida en la era global) Ulrich y Elisabeth  Beck, académicos alemanes, analizan este tema.

De mis ficciones tomo como ejemplo el hecho de que un búlgaro llegó hace unos años a Bávaro con su niña hija de una dama rusa.

Aquí se enamoró de una joven puertorriqueña que trabaja en turismo y que a su vez tiene un niña con un inversionista jamaiquino y  entonces el búlgaro y la boricua les acaba de nacer un niño  ¿dominicano?

El auge de nuestro turismo ha traído por consecuencia la formación de familias globales, que según los autores citados tienen diversas implicaciones demográficas, legales y socioculturales.

Ellos hablan de que esta meta comunicación ha traído por consecuencia una suerte del caos global del amor, que ha dado cabida a todo tipo de relaciones amorosas a distancia entre parejas binacionales; migración activa  por razones laborales o matrimoniales  y un conjunto de relaciones entre dos humanos que no pueden traspasar fronteras y se aman a través del Skype.

El que los seres queridos se mantengan lejos  reproduce el caos del mundo actual: sentimientos dispares, tendencia a controlar al otro desde lejos, a veces desde otro continente;  se mezclan la alegría (transitoria), la aflicción, que puede llegar a la impotencia por el deseo de estar juntos.

Las esposas de miles de dominicanos están en España desempeñándose en los más diversos empleos  mientras sus parejas e hijos no pueden, por diferentes razones, reunirse con ellas, pero siguen siendo una familia global.

Los conflictos a veces surgen por el ordenamiento jurídico y político entre países del primer mundo y los que proceden del tercer mundo. Es el caso de una mulata de Sosúa, que un Italiano lleva muchos años “haciéndole sus papeles”.

Una cocola de San Pedro de Macorís emigró en los años 70 a Estados Unidos con su hija, ésta se caso con un chino y ahora ese nieto que tiene 18 años se acaba de casar con una croata. Todos viven juntos en el Bronx. ¿Usted se imagina  a esta comunidad    global con tres o cuatro idiomas  a las 7:00 de la noche decidiendo lo que van a cenar?

Pero… mamá y papá con dos hijos adolescentes, ambos empleados en Santiago, empleados y profesionales y con hijos en colegio… ¿es sinónimo de armonía?

Por el contrario ese revolú que henos llamado familia global, ¿es más inestables?

Ni una ni otra. La posesión de recursos para manejar la familia con transparencia; la imposición de límites en la crianza de los hijos; el respeto a las costumbres que procedan de otra cultura y la adopción militante de los objetivos y  metas de futuro son aceptados por el grupo y trabajan en una sola dirección.

El Nacional

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