César Mella

cesarm2@codetel.net.do

Para recordar siempre

Se ha dicho que el pueblo dominicano tiene una memoria corta.

Otros han afirmado que los médicos escriben poco, y cuando prescriben, las recetas no se entienden.

Francisco Angeles, un dinámico psiquiatra de Santiago de los Caballeros ha puesto a circular un libro que lleva el título de nuestra entrega de hoy.

Este testimonio sin ser autobiográfico lo logra, pero, a través de la exaltación de personajes, circunstancias e instituciones que han tenido que ver con su existencia.

Formado en las mejores enseñanzas de Baden Powell, el doctor Angeles fue boy scouts aquí y en España.

En la Universidad Autónoma de Santo Domingo fue un inquieto delegado estudiantil bajo las orientaciones del insigne ingeniero Amín Abel Hasbún.

Se formó en España bajo la rectoría del profesor Francisco Alonso Fernández a quien reconoce en su libro.

Un aparte merece y se logra de forma exquisita el maestro Sigmund Freud.

Rotary Internacional y Nacional donde Frank ha dado sangre, sudor y lágrimas son ponderados de forma justiciera. Don Manuel Arsenio Ureña se destaca con una mención especial

Su propuesta contiene un primer apartado de índole religiosa en el que exalta la figura del Papa Francisco sin descuidar los méritos de su predecesor Benedicto XVI.

Un segmento emotivo de su obra lo constituye el homenaje que hace a su familia de origen, en especial a su padre, d Don Francisco, hombre de virtudes ciudadanas y de gran valía en toda la región del Cibao.

Recordar que el tío del autor es el famoso psiquiatra cibaeño Gómez Estrella y su primo el no menos exitoso salubrista mental doctor Gómez Aranda.

Frank, como le llamamos su amigos, es generoso en su prosa al exaltar a personas de bien, entre otras a doña Renée Klang Vda. Guzmán, fallecida ex primera dama de la República a quien le unió un gran vínculo de amistad. En términos de filantropía la compara con nuestra querida Naty, una ciudadana española (epd) a la que se unió en primeras nupcias.

Un trato especial, en términos del valor que el autor les atribuye como seres humanos excepcionales, engalanan la galería de reconocimientos: don Cuqui Cordova; doña Ramona Angeles; don Miguel Cocco Guerrero; Angela Dolores Fernández; doña Fulvia Hernández y otros.

Dentro de la historiografía política destaca en su propuesta a cuatro gigantes: Duarte, Balaguer, Bosch y Peña Gómez.

Los médicos de Santiago, entre otros, que obtienen reconocimientos especiales en el libro, constan: Robinson Abreu y Andrés Peralta.

Reconoce a sus colegas de forma tierna y objetiva: doctores Milciades Romero, Ramón Sanchez, Báez Acosta y a un servidor, cosa que aprecio de mis alumnos.

Tres facetas se cuelan en este texto de casi trescientas páginas bellamente diagramadas y compuestas por los artistas de la impresión Amigos del Hogar:

su condición de colaborador de la Información de Santiago y del semanario Camino, dos iconos de la comunicación escrita en el Cibao.

Su filiación al movimiento cooperativista y su condición de geriatra apasionado, resaltan de forma emotiva.

Con el Teatro Cibao abarrotado de gente de todos los estratos sociales y con la introducción del Orfeón de Santiago bajo la batuta del Padre Hilario, las exquisitas voces de las maestras de ceremonias Yadira Morel (esa misma) y Gaby Olivo, engalanaron el proscenio en un inolvidable acto de puesta en circulación.