Opinión

DE SALUD Y OTRAS COSAS

DE SALUD Y OTRAS COSAS

César Mella

Yo estoy bien: los otros no-

¿Quién es que determina lo que está bien y lo que está mal?
¿Quién es normal y quién es anormal?
Todos tenemos una vara midiendo acciones de los que nos rodean. Evaluamos conductas y toda la existencia de los demás.
Gran parte de nuestras conversaciones dentro y fuera del hogar la dedicamos a formular juicios sobre gente que a veces ni siquiera conocemos.

Con frecuencia convertimos lo subjetivo en objetivo: “Esa damita se está acostando con el Jefe”, murmuró Luisa en una oficina pública , lo hizo por pura presunción. Al otro día todo el edificio dio como un hecho no solo que la niña en cuestión salía con su jefe sino que estaba embarazada.

Indagatorias más profundas determinaron que se trataba de la novia del hijo del Jefe y que en breve se casarían…
Resulta interesante que cuando nos equivocamos, midiendo gentes y actitudes, razonemos que no somos infalibles y que es riesgoso equivocarse respecto a la conducta del otro.

Abundan las gentes estrictas, serias, cumplidas y excelentes ciudadanos, y para ellos todo el mundo es charlatán y ninguna mujer sirve.

He notado que en la sociedad dominicana los llamados moralistas de hojalata predican normas y valores en calzoncillos y justamente, desde la baraúnda de los moteles.

A medida que me acerco al mundillo de la política observo que cuando se conoce a profundidad el liderazgo administrativo, y digo así pues los mesías y los grandes, ya se fueron, compruebo que una cosa es la vida íntima, la familiar, la de los negocios y en la otra, predomina la simulación, los aplausos, las promesas incumplidas, los pactos embarrados y la parafernalia de la pantomima.

No tenemos muchas alternativas : o nos quedamos en el balcón viendo a los toros caerles a cachazos a los corredores vestidos de blanco en los Sanfermines ( Fiesta tradicional en Pamplona, Navarra, en donde toros bravos son soltados en una calle estrecha y la gente corre delante de ellos), o nos tiramos al lodo con un antifaz, una espada, una sonrisa amable, formando parte del show y del espectáculo y aunque valgamos menos de diez centavos o cheles, seguir por lo menos o tragando en seco o haciéndonos valer con dignidad, pasando a las filas del pariguayismo pendejo.

Hay que ver la paja en nuestros ojos; salir de nuestro micro mundo de permanentes evaluaciones del otro; mirar hacia los lados y asumir con cierta humildad un mundo imperfecto.
Mucha gente, que se percibe como lo mejor de la bolita del mundo, al descubrir que su hija es lesbiana; que su mujer tiene sida o que le acaban de diagnosticar un cáncer, se refugian en las diferentes religiones en procura del perdón.

Estoy en un proceso de revisión de mi propia rigidez para convivir y entender, fuera del marco de la consulta profesional, a los impuntuales; a los mentirosos de profesión; a los políticos sin un ápice de principios; a los padres irresponsables; a los humanos ingratos y a los chismosos de profesión.

Me proponía terminar este articulo diciendo: pues “para ellos será el reino de los cielos” y luego pensé concluir expresando: “A ellos mi desprecio de por vida”… pero como es un tema en estudio, prefiero no cerrar el tema en esta entrega , sino, dejarlo a la agudeza critica de mis amables lectores…

El Nacional

La Voz de Todos