La Fundación Juan Bosch cuestionó hoy que los principales beneficiarios del Sistema de Seguridad Social del país sean las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP) y afirmó que, hasta el año pasado, éstas habían acumulado ganancias que sobrepasan los 31,000 millones de pesos.

Explicó que, mientras eso ocurre, la cobertura mantiene sus niveles más bajos y los pronósticos indican que los actuales afiliados recibirán “pensiones de miseria” al finalizar su vida laboral.

El señalamiento está contenido en la investigación “Radiografía del Sistema de Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP) ¿Seguridad social o gran negocio?”, presentada hoy por la entidad en rueda de prensa.

El estudio, realizado por el economista Airon Fernández y el cientista social Matías Bosch Carcuro, indica que las AFP obtienen sus ganancias “prestándoles al pueblo dominicano su propio dinero”.

Precisa que la rentabilidad de esas empresas, en 2017, fue seis veces mayor que la rentabilidad de los ahorros de los trabajadores y que en el caso de Scotia Crecer supera en más de 10 veces la rentabilidad de los ahorros de los cotizantes.
“Las utilidades de las AFP, sólo en 2017, llegaron a 4,646, 650,439 pesos, cifra récord en el tiempo de existencia del Sistema de Seguridad Social”.

Agrega que las utilidades acumuladas de 2004 a 2017 ascendieron a 31,127, 154,834 pesos.

En relación con la cobertura, el estudio determina que si bien en los últimos años ha aumentado la afiliación, más de un 90 por ciento de afiliados en la formalidad, la proporción de personas que cotizan en el sistema de pensiones dominicano sólo alcanza el 49.6% de los afiliados, 1, 837,104 personas.

Explica que en el sistema de las AFP solamente es un 47.6 por cuento, ascendente a 1, 657,712 personas.

“Así las cosas, la mayoría de los dominicanos siguen privados del derecho a la protección social una vez terminen su edad laboral”, asegura.

Esta baja densidad de cotizantes significa que hay un sector de los trabajadores que, si bien está registrado en el sistema, no cotiza regularmente, producto, entre otros factores, de la inestabilidad y precariedad laboral en la economía dominicana.