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Deporte Profundo

Deporte Profundo

El deporte en las escuelas
Es mucha la tinta que se ha empleado tratando de descifrar una de las mayores incógnitas que aún prevalece en el campo de los deportes: ¿El atleta nace o se hace?

¿Basta con identificar los genes de un ser humano para presagiar un éxito deportivo a largo plazo? ¿Es posible fabricar un atleta triunfante a base de un programa continuado de prácticas y ejercicios?

Probablemente el dilema tiene una solución intermedia entre esas dos posiciones que han sido discutidas ampliamente por expertos en cromosomas y la descomposición del genoma humano y muchos especialistas de la educación física y el comportamiento muscular de los individuos.

Al lado de las discusiones acerca de ese tema medular en el deporte moderno, es necesario señalar que existe un criterio uniforme en cuanto a que la etapa ideal para conquistar  los adeptos al deporte es la edad escolar, la cual permite no solo analizar las condiciones naturales en una época temprana sino también proyectar su futuro en una determinada disciplina.

Hacia esa etapa inicial en la formación de los seres humanos es donde deben enfilarse los esfuerzos por masificar  el deporte dominicano  y al mismo tiempo cumplir con el precepto constitucional de ofrecer acceso al mismo al universo de la población.

Todo intento en otra dirección, aun cuando esté salpicado de éxitos momentáneos y circunstanciales, estará condenado a convertirse en un festival de dispendio de recursos y a contravenir los procesos lógicos determinados por la propia naturaleza.
No se necesita ser un científico en materia de planificación y desarrollo para comprender esa realidad incontrovertible y aplicar los mecanismos disponibles en la creación de bases sólidas capaces de sostener el peso de la estructura.
El estímulo hacia la práctica deportiva enla época escolar es además de un antídoto contra los vicios, paliativo de inequidades y una forma de inclusión social, la respuesta a la necesidad de una mejor sociedad donde los actores se manejan bajo el influjo de cánones basados en la justicia y las buenas costumbres.

Los clubes deportivos barriales han asumido hasta ahora ese rol de manera encomiable con programas empíricos  la mayoría de las veces, pero el gran paso requiere la participación activa del estado por vía de todas sus instituciones.

Es un reto que hay que afrontar con responsabilidad y eficacia.

El Nacional

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