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Un baldón en la carrera de Robinson Canó
Robinson Canó es el jugador de más prestigio profesional capturado por consumo de sustancias prohibidas por Ligas Mayores de Béisbol desde que su compatriota Miguel Tejada fue suspendido en el año 2013 por 105 juegos.

Es una lástima que un jugador de su envergadura haya dado positivo por uso de un medicamento que frecuentemente es empleado  para enmascarar otros que ayudan a mejorar el rendimiento.

El empleo de diuréticos –sustancias que incrementan la eliminación de orina- contribuye a eliminar trazas dejadas por el uso de químicos que en sentido general son calificados por Ligas Mayores de Béisbol
como “Performance Enhancing Drugs”, o más comúnmente por las siglas PED.

El intermedista con destrezas defensivas excepcionales y una ofensiva que lo coloca entre los mejores que han pisado un terreno, tendrá que cargar con ese baldón ignominioso junto con las asombrosas estadísticas de las que nadie hasta ahora ponía en  dudas como auténticas.

Al anunciarse la suspensión por 80 juegos, Canó ha ofrecido las mismas explicaciones dadas anteriormente por peloteros que le precedieron como violadores de la política conjunta de MLB y la Asociación de Jugadores. En resumen, cometió un error y admite que debió haber sido más cuidadoso en el tratamiento de una enfermedad que está en su derecho a no revelar.

Igual que como con cualquier otra persona  a la que se juzga, a Canó hay que concederle el beneficio de la duda  y la presunción de inocencia, pero esas garantías morales necesariamente se aminoran en la medida en que crece la experiencia del culpable.

Y es que a mayor estelaridad del atleta
se impone una mayor cautela de su parte y de sus asesores.

Desde el 2014, un total de 18 jugadores de Grandes Ligas han arrojado resultados positivos en las pruebas de anti-dopaje que al azar se llevan a cabo periódicamente. De ese grupo, ocho son dominicanos, incluidos los últimos cuatro, y uno de ellos es tres veces reincidente Jenrry Mejía que fue erradicado
de por vida.

En los corrillos del béisbol el nombre de Canó solo se mencionaba en estos días como un candidato eventual a unirse a sus compatriotas Alex Rodríguez, Adrián Beltré y Albert Pujols como miembro del Club de los 3,000 hits y las consecuencias que ello acarrea.

De ahora en adelante siempre se hablará de la mancha indeleble que resaltará en medio de la blancura de la que fue su límpida carrera con los Yankees de Nueva York y los Marineros
de Seattle.

Este episodio resaltará como un pelo en medio de una suculenta sopa.

El Nacional

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