Cuando una persona desaparece misteriosamente y sin dejar rastro causa un profundo dolor, desasosiego y una sensación de impotencia en familiares y amigos que permanecen hasta que se tengan informaciones de su paradero.

En los primeros seis meses del año en el país ya 346 personas han sido notificadas como extraviadas en el Departamento de Personas desparecidas de La Policía Nacional, convirtiéndose en un problema que proyecta en este año pasar la cifra de años anteriores.

Solamente 268 personas fueron reportadas como desaparecida en 2016; aunque en 2015, habían sido registradas 532 personas de las que nunca se supo. Un total de 1, 146 personas han desaparecido en estos últimos tres años. De estas, 592 fueron hombres, 302 mujeres y 152 menores de edad.

Por lo regular las informaciones más importantes sobre la ausencia de una persona están escondidas en las conversaciones y actividades que realizo en los últimos días, horas y minutos antes de la desaparición.

Saber con quien fue la ultima persona que se le vio, con quien habló por teléfono o redes sociales por última vez, son cosas de una importancia primordial; otras cosas que deben conocerse es si tenía algún problema personal con alguien, qué vestimenta tenía el día de la desaparición y si andaba con dinero o joyas.

Causas

Existe una serie de factores que conllevan a la desaparición de personas (niñas, niños, adolescentes y adultos) en todo el mundo. Estas llamadas desapariciones pueden ser originadas principalmente de manera voluntaria, accidental o forzosa.

Voluntaria

Cuando se habla de desaparición voluntaria, se deben mencionar aquellas situaciones en las que un individuo, siempre y cuando sea mayor de edad, por decisión propia abandona su casa y vida cotidiana, y deja de visitar los lugares habituales, inclusive se aleja de sus familiares y amigos como resultante de una decisión personal.

Estas motivaciones pueden originarse por distintos factores como por ejemplo: el maltrato, el abuso sexual, problemas intrafamiliares, desavenencias con la pareja, situaciones de índole económica, social, cultural o hasta religiosa entre otras.

En países pequeños, como el dominicano, por sus condiciones geográficas y socioculturales este tipo de desaparición no es muy frecuente. Posiblemente se conocen de casos que personas se van de un lugar pero dos o tres días después vuelven como si nada anormal hubieran hecho, o informan de su paradero.

Accidental

En la actualidad los accidentes de tránsito siguen siendo la principal causa de muerte violenta en República Dominicana, según un informe del Observatorio de Seguridad Ciudadana (OSC), que documenta la situación de violencia, criminalidad y accidentalidad en el país.

Estos accidentes pueden originar que una persona se convierta en extraviada o desaparecida de forma temporal o permanente, conforme al grado consecuente de su estado después del accidente.

Miles de personas en este país aun no poseen cédula de identidad o algún tipo de identificación, además de que en los hospitales no existe un registro confiable, por lo cual después de un accidente en la vía pública en la que la víctima no puede ser identificada posiblemente termine en una morgue y días después en una fosa común.

También existe un tipo de desaparición por enfermedades mentales que podría entrar dentro de las desapariciones accidentales.

Forzosa

En la desaparición forzosa a diferencia de las anteriores se debe considerar que la no aparición de una persona ha ocurrido por un factor externo ajeno a su voluntad, y que ha sido víctima de un hecho violento, que puede ir desde la privación de su libertad hasta el asesinato y ocultación del cadáver.

En estos casos se tiene que trabajar con rapidez ya que sin importar su edad, hay una situación en la que el individuo se encuentra en un posible estado de completa vulnerabilidad

Cuando se menciona la privación de libertad se debe entender que aparte de secuestro se habla también de trata de personas. No son pocos los casos que se ven en la prensa de allanamientos de la Procuraduría General de la Republica en donde se rescatan decenas de menores que eran explotadas sexualmente.

Las causas de la desaparición forzosa, voluntaria o accidental de personas mayores de edad son variadas y dependerán mucho de las motivaciones que la originen.

Van cinco años

Era un día como cualquier otro, sin embargo Juana Lora nunca pensó que ese sábado 28 de julio 2012 seria el día que le marcaría la vida junto a toda su familia. Su hijo mayor, Juan Alfredo Díaz Lora, casado y con hijo, salió a 1:00 de la tarde de su casa y nunca más se supo de él.

A cinco años de la desaparición de Juan Alfredo Díaz Lora, de 21 años, es poco lo que se sabe de su destino, aunque los familiares tienen las evidencias que dan como un hecho de que fue secuestrado. Salió de su casa, en el sector Libertador de Herrera, a realizar una sección fotográfica y jamás regresó.

Su madre explica que su hijo le había dicho que ese día (viernes 27 de julio del 2012) un adolescente fue a su centro de trabajo (Estudio Fotográfico Valentín en Bueno Aires de Herrera) a contratarlo para una sesión de fotos para una quinceañera. El sujeto desconocido le pidió su número de celular para coordinar la hora y lugar.

Ese mismo día en la noche, Juan Alfredo recibió una llamada de la misma persona para confinar que la sesión seria el sábado 28 de julio del 2012 (un día después) y fecha de la desaparición.

El desconocido había coordinado con el fotógrafo que se encontraría en Almacenes El Canal en la avenida Luperón y de ahí irían al lugar donde se tomarían las fotografías.

Un primo lo llevó al lugar acordado y quedaron en pasarlo a recoger al mismo sitio después de que el (Juan Alfredo) le llamara. Fue la última vez que se le ha visto.

Calvario

Varias horas después al percatarse de que no llegaba y con un extraño presentimiento que algo no estaba bien su madre empezó a preocuparse.

“Mi corazón me dolía indicándome que algo andaba mal. No me podía estar quieta y comencé a llamarlo y el móvil estaba apagado. Seguí intentándolo sin poder comunicarme. Después de las diez de la noche empecé visitar hospitales y destacamentos policiales, así llegó el otro día y nada de aparecer”, expreso con ojos aguados Juana Lora.

El domingo 29 ella y su esposo Pedro Díaz se dirigieron al Departamento de Personas Desaparecidas, división de la Policía Nacional que investiga estos casos a poner la denuncia.

Allí le llenaron un formulario y tomaron registro de llamada y le informaron que había que esperar 48 horas para entregarle un documento con el que puedan ir a los medios de comunicación.

Investigación
Después de indagatorias personales realizadas por la madre del joven desaparecido se da como un hecho de que fue mandado a secuestrar por celos de un individuo dominicano que vive en España, de nombre Enmanuel Cancu, dijo Juana Lora.

Conversaciones en redes sociales pusieron a Lora en alerta pues su hijo mantenía una relación en internet con una joven que al parecer vivía con su esposo en el citado país. Según Lora, encontró conversaciones en donde el sospechoso amenazó en varias ocasiones a su hijo por lo cual entregó todas las evidencias recolectadas a la Policía.

En el rastreo de la llamada al celular del desaparecido se identificó una hecha desde un establecimiento comercial, que se cree fue para acordar el lugar de la reunión. Además existe un vídeo borroso donde se ve a Juan Alfredo irse con los desconocidos el día de su desaparición.

EL DATO

48 horas

Según el protocolo estándar del Departamento de Investigación de Personas Desaparecidas (división de homicidios de la Policía Nacional), para considerar una persona desaparecida y ser registrada como tal, deben transcurrir 48 horas. Antes de este tiempo no son aceptadas las denuncias.

Aunque en otros países también exigen entre 48 y 72 horas para registrar una persona como desaparecida, organismos de policías y especialistas en seguridad y localización de desaparecidos a nivel internacional han desarrollado protocolos de búsqueda que indican que las primeras 48 horas son las más importantes para tener éxito en encontrar con vida a extraviados dependiendo de los motivos del hecho.