Opinión

Deseo ayuda para asignarle a cada cosa su nombre correcto

Deseo ayuda para asignarle a cada cosa su nombre correcto

Me dicen que es peligroso, me dicen tantas cosas como si yo no lo supiese y, lo lamentable es que esos que me aconsejan sobre el comportamiento ruin, traidor, libertino y corrupto de muchos políticos, en verdad desconocen el verdadero y real alcance hasta donde pueden llegar estos “señores” en defensa de sus particulares intereses.

 Yo los conozco y los conozco tanto y de tal manera, que viéndolos por encima de su hombro mientras ellos se miran en un espejo, puedo reconocer sin duda alguna la raza animal a las que pertenecen. Hay algunos que son boas pero ya sin fuerzas, que solo con su presencia producen más daño que un tsunami, mientras otros, aun en las mismas puertas del más allá, continúan vertiendo veneno y contagiando con su excremento verbal todo el espacio por donde transitan.

 Pero hoy, en esta tarde bendita y después de una azarosa pero determinante semana, no quiero hablar de estos esperpentos de manera directa sino, más bien, como las mil caras, tratar uno y mil tema para no enrarecer este caluroso atardecer.

Tarde, como dice una canción, “obsesionado por verte” pero en este caso es empecinado por ver la luz, salir de esta maraña de infamias y engaños que protagonizan nuestros “aboliticos”, negándome admitir la dolorosa realidad plasmada por Franklin Puello al escribir que “…lamentablemente, creo que el país marcha por un derrotero, salpicado por la mediocridad y el salvajismo que nos vencen cada día”.

Quiero, deseo no admitir esto pero el leitmotiv de la gran mayoría de los políticos de ‘to’pa’ca’yna’pa’lla’ y su diario accionar me obliga a creerlo. Estos señores se confunden y nos hacen confundir en nuestro silencio como pueblo, con la ignorancia; nuestra proverbial y ancestral calma, por aceptación sumisa y nuestra siempre amabilidad, con debilidad. Y lo grande y peor del caso es… ¡que nos lo estamos creyendo!, porque no se miran hacia Brasil y hace tiempo se olvidó Abril.

Pero a pesar de que en apariencia todo lo que queremos decir o expresar ya de una u otra manera se ha dicho, tenemos que insistir en hablar de ese comportamiento de los perversos que como alguien expreso “nos critican, nos envidian y al final del gran final, nos imitan”.

Quisiera salir de una duda o quizás de una falta de cultura y preguntar para no proseguir cometiendo el mismo error, si en verdad murió la mafia, si los Padrinos de la misma desaparecieron con “Corleone”, si ya eso no existe en Norteamérica, Europa o América Latina o si por el contrario la prensa, los políticos, la justicia y los estudiosos han preferido sepultarlos en vida,esto, sin importar las razones por las cuales han y continúan ocultando la existencia de la misma.

Y esto no significa si en verdad la llamada mafia desapareció o no, porque lo que me interesa es no continuar con mi falta de cultura y estar llamando dictadura a lo que debería llamar mafia.

Es dejar de ser pendejo confundiendo términos y llamar a cada cosa por su verdadero y real nombre. Es dejar de estar llamando asociación, colegio, sindicato, fundación, comité o partido, cuando en realidad es la misma mafia. Es dejar de hablar de dictadores o dictador cuando en verdad les debo llamar Padrinos o Padrino o “jefes de familias”.

Son estas las razones por las que clamo por ayuda y evitar en cualquier momento que determinada “autoridad judicial, policial, militar o recaudadora”, bajo nómina de esta “cosa”, me lo haga saber de muy dolorosa o peor aún, de una vergonzosa manera. Porque tampoco soy tan pendejo, como la mayoría de este pueblo, para no entender y comprender cabalmente, los mensajes ni los poderes de los miembros de esta “cosa”. Y ante esta clara pero no tipificada situación, solo me resta pedir además que ¡Agarren sus perros!..¡Si señor!

Twitter:@rafaelpiloto01

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