Opinión

Despedida

Despedida

Barack Obama llegó en 2008 a la Casa Blanca como el primer inquilino que rompió la barrera racial. Pero ocho años después se despide no solo con el mérito de ser el primer presidente negro en la historia de Estados Unidos, sino, entre otros logros, por las reformas internas que promovió y por acontecimientos tan trascendentales como el restablecimiento de relaciones diplomáticas y comerciales con Cuba.

Ese Obama que hoy culmina su último día como conductor de la nación más poderosa del planeta, rompió con la tradición bélica de su país, privilegiando el diálogo por encima de cualquier otra opción para buscar la paz en la región y el mundo. El acuerdo de paz que puso fin a más de 50 años de guerra entre las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y el Gobierno se hizo posible gracias, en gran medida, al respaldo de Estados Unidos.

Dentro de sus logros para bajar las tensiones y como muestra de su espíritu antibelicista también están la salida de los soldados estadounidenses de Afganistán e Irak, así como el acuerdo para que Irán cesara sus ensayos nucleares a cambio de levantarle las sanciones económicas. En aras de la seguridad, la administración de Obama sepultó la explosiva herencia que había recibido de su antecesor en la Casa Blanca, el republicano George W. Bush.

En el plano interno, la gestión de Obama propició una reforma del sistema financiero para conjurar y evitar crisis que impactaron negativamente en Estados Unidos y el mundo como la de los bonos basura. Gracias a sus decisiones la economía se ha recuperado de tal forma, que el desempleo cayó por primera vez en los últimos 16 años por debajo del 5%. Con todo y que está en veremos, el nuevo modelo sanitario que prácticamente universalizó el derecho a salud figura entre los destellos de la administración que culmina.

Obama no consiguió impulsar la reforma migratoria que prometió durante su campaña electoral. Es cierto que muchos esperaban más de su gestión, sobre todo sectores de izquierda que lo acompañaron en su proyecto y que no tardaron en apearse desde que notaron supuestos visos de conservadurismo en su política económica.

En un balance sensato, las sombras, que por supuesto las hay, son insignificantes frente a las muchas luces irradiadas por una administración que tampoco dio lugar al menor escándalo familiar. Todo lo contrario, Obama y su familia salen por la puerta grande sin arrastrar, por lo menos hasta donde se tiene conocimiento, la menor cola que les pisen. En un país con una prensa tan escudriñadora como la de Estados Unidos, se trata de un gran acontecimiento.

El Nacional

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