Como maracas…
Según confidencias testimoniales que circulan en ambientes políticos, cuando una parte de la cúpula de funcionarios y estrategas de la campaña por la reelección de Danilo Medina vio y escuchó el video preparado por el PRM la semana pasada, hubo a quienes les temblaron las rodillas como maracas.
Y no era para menos, porque aunque el contenido del breve documental – 10 minutos – se basa en hechos profusamente difundidos por la prensa local e internacional, los comunicadores del PRM los organizaron en una secuencia lógica y con detalles bien colocados hasta alcanzar una pieza comunicativa fuerte y persuasiva, capaz de despertar sentimientos de indignación.
Pero la fuerza del documental no radica solo en su acertada construcción técnica, sino en que las imágenes y discursos expuestos se corresponden rigurosamente con los hechos, por demás conocidos por la gente. Pero, una cosa son los hechos sueltos, desarrollados en tiempos y lugares lejanos entre si y otra es organizarlos en secuencia lógica y comprimirlos en un video de diez minutos con una inteligente narración.
Ese es parte del fundamento de la investigación periodística, organizar y analizar las noticias dispersas y sin aparente interconexión, hasta descubrir la relación entre los hechos, sus causas y a quienes afectan o benefician.
Que Danilo contratara a Joao Santana, visitara a Brasil y recibiera a Lula, en momentos separados parecería algo normal entre líderes políticos de pueblos amigos. Pero la investigación crítica y los escándalos han puesto al desnudo que debajo de aquella pantomima santurrona de relaciones políticas internacionales se forjaba una pesada trama de negocios, tráfico de influencias y contratos cuestionables de miles de millones de dólares, con Odebretch como repartidora.
