Opinión

DETALLES

DETALLES

En estos días, las empresas productoras de electricidad emitieron un mensaje clarísimo: la deuda vencida de las distribuidoras del Estado con los generadores es de 700 millones de dólares, y no hay indicios de pago, por lo que, como siempre, tendremos más apagones y nuevas amenazas de aumento de tarifa.

Sencillamente, las distribuidoras, según datos de la CDEEE, pierden en promedio cerca de 58 millones de dólares mensuales, llevan años quebradas y no pueden pagarles a los generadores la energía recibida.

Ahora bien, las enormes pérdidas del sector (no solo las de las distribuidoras) se derivan de muchas fuentes: electricidad producida con combustibles caros y basada (cerca del 40%) en contratos que elevan el precio final; millones de consumidores sin medidores; desajuste de tarifas; infraestructura de operación de las distribuidoras extremadamente limitadas debido a largos años de subinversión; limitaciones en el sistema de transmisión; clientelismo y corrupción en las entidades públicas del sector; desorden institucional y de regulación, que han hecho de la Ley de Electricidad letra muerta y disparado el riesgo de inversión en el negocio.

El mercado spot se ha desnaturalizado, la Superintendencia y la Comisión de Energía son inoperantes, y, en medio de ese vacío de liderazgo del Estado, las empresas generadoras han adoptado la estrategia de ampliar sus relaciones y transacciones de tipo horizontal, de acaparar nichos de demanda en sistemas asilados o vender energía a grandes proyectos mineros o turísticos, pero siempre sin inversiones relevantes en nuevas plantas para conectarlas a la red nacional.

Como se puede apreciar, hay un grave problema sistémico en el sector, que demanda una reforma integral, preferiblemente consensuada debido a sus posibles alcances y consecuencias.

 Sin embargo, va quedando el sinsabor de que el gobierno prefiere arreglos parciales, unilaterales, casi mudos, y solo sobre nuevas plantas de generación.

¿Por qué el Gobierno no encabeza una cruzada de reforma a fondo del sistema eléctrico, invitando a todos los sectores, y basado en un protocolo practico y bien elaborado?

Su propuesta original de un pacto eléctrico de base amplia, es correcta, Presidente ¡Retómela!

El Nacional

La Voz de Todos