Opinión

Dilema haitiano

Dilema haitiano

Hugo A. Ysalguez

Los problemas que ocasionan los haitianos ilegales son recurrentes, dado que los mismos aminoran cuando las autoridades aplican los correctivos de lugar, y resurgen cuando cesa la vigilancia y los controles migratorios. Es una historia circular que concluirá cuando la solución sea una confrontación, un camino que debe evitarse, pues el saldo y las consecuencias serían trágicas.
Nuevamente, los hospitales están llenos de parturientas haitianas, y el trasiego de ilegales por la frontera es sistemático, indetenible y funesto para el país, saturado de sus propias calamidades, las cuales parecen ser imperecederas. Al parecer, nadie se atreve a ponerle el cascabel al gato, antes que sea demasiado tarde. Sobre el dilema haitiano, nos escribe el distinguido jurista, Manuel Bergés. Una síntesis de sus comentarios dice así:
¨En el país se siguen lesionando los derechos de la clase obrera dominicana, considerando que es del propio gobierno que emana la idea de perjudicar a los propios trabajadores dominicanos, para beneficiar a los haitianos que de paso son ilegales, y siempre los serán, porque los poderosos del planeta tierra les dicen que no se provean de documentos de identificación ni en Haití ni en Dominicana, “pues es obligatorio hacerles dominicanos”, si dicen que aquí nacieron.
Cuando un gobernante, que no es político como el señor Donald Trump asume la dirección de su país, nos está demostrando con sentimiento nacionalista que la política no debe continuar haciendo lo que se denomina “como lo políticamente correcto” ni hacer lo que siempre se ha hecho, que en su país han hecho tanto los republicanos como los demócratas.
Cuando el señor Trump llegó a la presidencia, encontró once millones de ilegales, cifra o problema que ningún país lo tiene, y que su predecesor el señor Obama y los anteriores se habían entregado financiera y económicamente a China, a quien le deben trillones de dólares. Él está pretendiendo revertir ese sistema de endeudamiento colosal, por lo que era lógico que los votantes le consideraran como el mejor, para que la economía mejorara con él, y le dieron su voto.
Comentaristas dominicanos, obviamente pro-haitianos, gritan por la actitud de Trump de desalojar a los inmigrantes especialmente a los ilegales, como decisión soberana de su gobierno a lo cual ningún gobierno o ente social de la tierra se puede oponer, pues cada quien manda en su casa, e incluso alegan esos comentaristas para generar compasión, piedad o ternura, que entre esos ilegales en EUA hay estudiantes universitarios.

El Nacional

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