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Discurso rítmico del merengue

Discurso rítmico del merengue

Fascinación e historia del merengue dominicano, su evolución melódica, su filosofía y la trascendencia actual connotan música internacional. La señal de identidad y dominicanidad que se ha convertido en una fiesta nacional.

El merengue postula conteneos, coreografías y tonalidades que tienen influencias, revitalizan o renuevan nuestra música popular vernácula en un mantenimiento esencial.

Dominicana, tiene rico y diversos patrimonios musicales, de los más relevantes en Latinoamérica.

La conquista cultural y el evento transnacional ricamente definen importantes porciones y dilemas del vivir multicultural, el poder de mezclar lugares, confundir tiempo y clases, contribuyen a romper las fronteras del origen del merengue.

Para Fléridade Nolasco, una intelectual influyente hasta los años 50 del siglo XX, así como el maestro Luis Alberti, figura cimera del merengue de salón de esta centuria.

Este género musical y cultural no tiene nada que ver con África: “todo lo suyo era europeo: instrumental, sonido, baile…”
Paul Austerlitz, finlandés, etno-musicólogo, investigador y saxofonista, expresa que el “vínculo íntimo entre merengue (su historia estilística y social e identidad dominicana) constituyen el enfoque cultural de pueblo”.

La relevancia de la música para los dominicanos en el sentido de la cultura rural y regional, teniendo la vida contemporánea el impacto saleroso y vivencial.”Así, los jaleos de saxofón del merengue interactuando con ritmos de percusión que producen los sonidos más alegres que yo jamás había oído”, precisa el musicólogo de crianza neoyorkina.

Sus voces que invaden la tambora, el alma, mente y cadencia canalizada por el placer del amor y el compromiso quisqueyano son los expresivos audibles de esa nación.

En esta edición del merengue, la descripción sincrónica y diacrónica y las historias de vida republicana se tratan de una construcción real sobre un puente creativo-imaginario musical.

Como dice Benedict Richard O’Gorman Anderson, uno de los autores en la que Paul Austerlitz funda su teoría social y musical: las naciones son comunidades socialmente construidas que asumen la diversidad de la praxis, como el concepto unitario o sabiduría de su gente.

La edificación social de un país es mediante la reinvención simbólica constante. Igualmente, el merengue es un símbolo que codifica simultáneamente varios aspectos: cultura dominicana, estrategia de dimensión básica del pueblo en democracia, producto comercial nacional y transnacional. En fin, es una riqueza historiografía.
Mina de seducción

El merengue que es música e identidad dominicana, como hemos precisado. Coloca en el escenario brillante a la exquisita mujer: Miriam Aracelis Cruz Ramírez, intérprete creativa y de mágica voz de nuestro ritmo autóctono.

Miriam Cruz, fue cantante líder de la exitosa agrupación merenguera femenina Las chicas del can. Transita el estrellato internacional en los Estados Unidos de América, Holanda, Alemania, Bélgica, Suiza, España, Italia, Japón y algunos países de América del Sur, como embajadora musical de nuestros ancestros.

La diva del Merengue, espectacular en el baile, dominio escénico, figura estilizada, de alta costura en el vestir, asociada a su carisma, la hacen una veta de alegría en estado de ebullición.

Miriam Cruz con la oralidad del canto: La africana: Juana la cubana. El negro no puede, Las pequeñas cosas, Pegando fuego, Estúpido… entre otros éxitos. Esa es Miriam Cruz y las chicas. Ahora, con su orquesta, realiza giras promocionales nacionales e internacionales con la estirpe de la artista que más nos representa en eventos de gala en el consecutivo avance del merengue, y sus reconocimientos proyectan nuestro país -allende de los mares- con el virtuosismo de su voz: Marca registrada del folklore nacional.

El autor es periodista, analista social y consultor geopolítica.

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