Opinión

Discurso y gabinete

Discurso  y gabinete

El discurso del Presidente al inaugurar su segundo mandato guarda armonía con la composición de su nuevo gabinete, en el sentido de consolidar la percepción de una gestión que apunta más a la continuidad que a la renovación. Eso es negativo.
El 62% del resultado electoral no debe asimilarse a satisfacción social de idéntica proporción. Recuérdese que ese porcentaje es de votos válidos emitidos, no de la totalidad de ciudadanos.

En ese sentido, dado el dilatado ejercicio gubernamental del PLD, con la erosión que eso ocasiona, sumado a inocultables irregularidades que matizaron el certamen electoral, se percibe un nivel de agotamiento en parte de la población que demanda un sacudimiento del aparato público que, desde mi perspectiva, ni el discurso ni los nombramientos propiciaron.

De las designaciones, la que más connotación política reviste es la de Miguel Vargas como Ministro de Relaciones Exteriores, cuyo análisis permite concluir que la visión política estratégica del Presidente, pese a garantías ofrecidas en sentido contrario, está colocada más allá de la culminación de este período, con lo cual se aniquilan anhelos que muchos podamos albergar de que una auténtica institucionalidad sea alcanzada.

Solo por razones de altísima conveniencia política puede comprenderse que sea interrumpido el reconocido trabajo que estaba realizando en la cancillería el Arquitecto Andrés Navarro. El carácter especial desde el punto de vista político de esta designación lo explica todo.

Se entrega un importante ministerio al presidente del PRD, con lo cual se asegura la penosa consagración de esa organización como bisagra de apoyo al PLD en el próximo proceso electoral. No es difícil deducir en favor de cuales intereses particulares se inclinaría ese apoyo.

Se trata de una institución estatal con inmensa potencialidad clientelar, por lo que resulta previsible que será convertida en madriguera de acogida de miles de compañeritos perredeistas que tienen ansias de disfrutar los beneficios del poder que se les ha alejado más allá de sus proyecciones iniciales.

Dotado de ese imán, el PRD y su presidente, se colocan en capacidad de asestar un golpe al PRM. Serían muchos los miembros de ese partido dispuestos a sopesar la posibilidad de retomar su militancia blanca para sacrificarse con la autorización de incluir sus nombres en la nómina pública. En adición, si hay que excluir personal, serán simpatizantes del presidente del PLD. Otro beneficio. ¿Estaría fundada una esperanza depositada en los hilos capaces de tejer una madeja de tal naturaleza?

El Nacional

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