Tengo muchos años escuchando que la Semana Santa debe ser utilizada para reflexionar, principalmente, sobre como estamos viviendo, que estamos haciendo por el prójimo, y parece ser que muy pocos hemos entendido el mensaje de lo que se nos pide.
Pues la verdad es una sola, los seres humanos en vez de enfocarnos en hacer el bien, en tratar de vivir en paz, cada día nos abrazamos más a una ambición desmedida, a la maldad, al engaño y la envidia, en fin, en destruirnos unos a los otros, sin una razón justificable.
Quiera Dios que en esta ocasión, esta Semana Mayor nos sirva para hacer una evaluación clara sobre el papel que estamos jugando sobre la tierra. Sobre cuál es el legado que estamos dejando a nuestros hijos y demás ciudadanos.
Ojalá que tengamos el valor y la responsabilidad de arrepentirnos de las cosas indebidas que cometemos a diario, y que logremos acercarnos de una vez y para siempre a las acciones buenas, con lo que contribuiremos a hacer un mejor universo.
Reconozco que no es fácil ejecutar y lograr estas metas, pero no hay peor esfuerzo, que aquel que no se hace.
Entendamos el mensaje ahora, pues mañana puede ser muy tarde.
