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Disparos

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Recuerdo con nostalgia la década de los setenta; época en que la juventud defendía con decisión y amor la Patria a través de los combativos clubes deportivos y culturales. Tiempos inolvidables  ¿verdad que sí?

Cuánta lucha en defensa de la soberanía nacional y de los mejores intereses de la nación organizaban y libraban en las calles los miembros de los gloriosos clubes de ese tiempo.

Era más que un orgullo, una gran satisfacción para cualquier joven llevar un mensaje de esperanza a los encuentros clubísticos que se celebraban con el propósito de impulsar movimientos de lucha contra quienes negaban -y aún niegan- el sagrado derecho que tienen los pueblos de vivir con dignidad.

Hoy día, sin embargo, los clubes deportivos y culturales han perdido su esencia; de ser  unos de los principales soportes de lucha de la sociedad contra las injusticias y la delincuencia, se han convertido en instituciones sin prestigio, que son manejadas como negocios particulares por seudos dirigentes que sólo les importan sus intereses personales.

Por eso y a falta de orientación patriótica, una gran parte de nuestra juventud ha tomado el camino de la corrupción, se ha desviado, de tal manera, que por momentos parecería que el futuro del país es más que incierto.

Se hace urgente que en los barrios populares, principalmente, se formen movimientos que vayan en rescate de esas entidades y, tras su recuperación, ponerla de nuevo al servicio del pueblo, de los mejores intereses de la República Dominicana.

Los clubes deportivos y culturales deben volver a sus inicios, ser forjadores de una nueva generación de jóvenes que sean ejemplos para la sociedad.

Deben ser el antídoto que pare el despeñadero por el que se han ido perdiendo nuestros jóvenes y, en consecuencia, el futuro de la tierra de los fundadores de nuestra nacionalidad, la de Duarte, Sánchez y Mella.

Los pesimistas dirán que soy un soñador. Que ya no hay nada que hacer, que todo está perdido, algo que me resisto aceptar. Pienso que en algún momento las cosas tendrán que cambiar, de una manera  u otra.

El Nacional

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