Dice John Nash, premio Nobel de Economía y quien inspiró la famosa película Mentes Brillantes, que somos memorias de memorias. Las personas perduran en el tiempo y se inmortalizan según hayan personas que las recuerden y ponderen su legado. Hoy quiero hablar de un gran amigo, quien partió a destiempo, mi recordado y gran dominicano, Don Pedro A. Rivera. Tuve el privilegio de conocerlo cuando visitaba nuestra casa paterna en Estancia Nueva Moca, ya que le unían lazos familiares y comerciales con mi padre, Ramón Taveras López.
Luego siendo yo ya abogado, cultivamos una amistad de muchos años y tuve el privilegio de ser consultado por él en temas jurídicos y luego más adelante el destino nos seguía uniendo cuando éramos secretario político del Partido Reformista y Balaguer nos enviaba con frecuencia a consultar y conciliar temas políticos ya que él era una referencia y líder regional en su provincia de La Vega y en todo el país.
Luego a raíz de su muerte a destiempo, el presidente Balaguer nos encomendó junto con una delegación del partido reformista, la cual nos escogió para que pronunciáramos su panegírico, siendo para mí un privilegio ya que el mismo brotó de mi corazón, como manantial sentimientos.
Don Pedro, era un hombre de grandes metas, por las cuales dedicaba todas sus energías, dedicación y empeño para alcanzarlas, con estilo practico, decidido, superándose constantemente asimismo, perseverante, optimista sin igual, lleno de sensibilidad social y carisma, que lo llevaron a triunfar en todas las facetas de su vida.
Fundó en 1969, Industrias Veganas, mejor conocida como Induveca, una marca país que nos prestigia, por ser una empresa líder en el procesamiento de alimentos diversos y productos cárnicos, lácteos y bebidas, con gran sentido social y apoyando siempre las mejores causas.
A parte de su legado empresarial, también ocupo dignamente importantes posiciones políticas en el país. Nos dejo un legado, una marca país que con sus productos y marcas, pero también nos ha legado con su descendencia a hijos notables en nuestra sociedad, como Tony Rivera, empresario, deportista y ex senador de la vega, su fina hija y prestante dama Leticia Rivera de Mejía y Miguel Vargas Maldonado, actual presidente del PRD y canciller dominicano, quien junto a ese excelente equipo en la cancillería, con profesionales de la talla de su embajador encargado de protocolo, Pedro Gómez, y otras figuras legadas por Don Andrés Navarro, que de seguro harán una labor digna en beneficio de nuestro país para honra de su padre, Don Pedro A Rivera.
