Estructuras obsoletas (1)
Las posibles modificaciones de la Ley 202-04 que rige el actual sistema nacional de Áreas Protegidas del país, vienen a resultar en la ratificación del mismo anteproyecto presentado por el primer secretario de Medio Ambiente, asumido por el segundo secretario y por último el cuarto que fue quien le puso la tapa al pomo con una serie de resoluciones (entre la que se encontraba la suspensión de las extracciones de materiales de los ríos y sus riberas), ratificadas por el actual ministro de Medio Ambiente.
Una realidad que no debemos menospreciar, atención doctor Jaime David Fernández Mirabal, es que durante décadas se ha estado hablando de forma pública y privada de delimitación de las áreas protegidas, de saneamiento ambiental y de permisos de extracción de materiales de los ríos por cuestiones de estrategias y de necesidad para la terminación de determinada obra. La cuestión, señor secretario, ha sido y seguirá siendo la infuncionalidad de algunos de los empleados en esa dependencia ambiental, muchos de los cuales tienen el tiempo más que suficiente para ser puestos en retiro de forma honrosa.
Algunas estructuras no se cambian con la mera resolución de cambiar de puesto a un funcionario que en ningún momento de su vida útil y pública realizó alguna investigación confiable o digna de publicación de alguna revista especializada en asuntos ambientales a nivel internacional. Eso dicho de otra manera, deja muy mal parada a la nación cuando se busca la realidad de la investigación en el tenor de ciencia, adecuación, conservación y modernidad.
Son muchos los aspectos a enfrentar en su gestión, señor secretario, y lo más importante que se puede hacer es unificar las aisladas Subsecretarías que de forma inexplicable son islas de poder con una serie de informaciones fuera de lo común ante determinada situación, que por orden jerárquico sólo usted como secretario de Estado puede darlas. El sistema internacional, que no debe influir en el nuestro, tiene una configuración muy clara en cuanto a estructuras obsoletas que siempre pretenden un protagonismo por encima del incumbente de Medio Ambiente.
Existen numerosas edificaciones disponibles que bien pudieran ahorrar a esa Secretaría millones de pesos o miles por concepto de alquiler y bien podrían servir para dar espacio a personal con mayor capacidad de investigar y menor interés en hablar. Hemos dicho siempre que esa Secretaría está muy aislada y dividida y cada departamento es una isla de poder.
Estamos de frente a cambios fundamentales, señor secretario y una forma de iniciar bien, además del trato a los granceros, es dar a conocer algún trabajo científico real y efectivo sobre aspectos futuros del medio ambiente. Continuaremos.
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