El Banco Mundial (BM) ha aprobado un préstamo a República Dominicana por 150 millones de dólares para proveer financiamiento inmediato después de un desastre natural o de salud pública, sin que el Gobierno tenga que recurrir a recursos destinados a programas sociales o de desarrollo.
Se trata del primer empréstito de ese tipo que el BM otorga en la región del Caribe, de características flexibles, a un periodo de 19 años y otros 12 de gracia, lo que significa un espaldarazo a una nación en constante riesgo por el paso de ciclones y tormentas.
En caso de desastres o de emergencia sanitaria, el Gobierno podrá recurrir a esos fondos para asistir a comunidades afectadas, reconstruir hospitales, escuelas, carreteras, puentes y viviendas, así como otras iniciativas destinadas a mitigar catástrofes.
Con la aprobación de ese crédito, las autoridades no tendrían excusas para impulsar iniciativas que ayuden a atenuar daños derivados de eventos climáticos, desastres naturales y de pandemias, tal y como lo ha reconocido el presidente Danilo Medina.
El impacto económico de los desastres naturales que han asolado al territorio dominicano desde 1961 promedian unos 420 millones de dólares al año, según estudios del Banco Mundial y el Ministerio de Economía, Desarrollo y Planificación, cifra estrambótica que se traduce en pobreza y atraso.
Todo lo referido al programa de gestión de riesgo tendrá que cambiar de manera radical a partir de la aprobación de ese préstamo, porque en lo adelante el Gobierno dispondrá de recursos para trasladar asentamientos humanos, levantar o reparar infraestructuras viales y edificios públicos, conforme a estándares de seguridad, ante huracanes, terremotos, así como acciones preventivas o de abordaje ante declaratorias de emergencias sanitarias.
Se resalta que el otorgado a República Dominicana es el primer empréstito de su tipo concedido por el Banco Mundial en la región y que se centra en una serie de reformas destinadas a fortalecer la capacidad del Gobierno en mitigación de desastres.
El territorio nacional figura en el puesto 27 entre 171 países con mayor riesgo de sufrir desastres naturales, por lo que autoridades y ciudadanía están compelidas a modificar su misión, visión y objetivo en la forma y manera de prevenir, afrontar o mitigar los daños infligidos por ciclones, terremotos o emergencias sanitarias.
