SANTIAGO.- Las peripecias de una familia promedio para obtener dónde vivir son inmensas y en muchos casos, reiterativas y frustratorias.
En otros, se parecen al movimiento trashumante de los beduinos en un desierto.
El 38.41 por ciento de las viviendas que hay en el país carece de condiciones habitacionales dignas, según los últimos hallazgos de un amplio estudio respecto al complejo tema de dónde y cómo vivir.
Diferentes estudios realizados durante los últimos años indican que el país enfrenta un progresivo déficit de viviendas.
La demanda anual sobrepasa las 58 mil unidades.
Sin embargo, mega estructuras costosísimas que pretenden ser lo último en modernidad absorben un presupuesto extraordinario que olvida y relega esta prioridad de alto contenido humano.
En cuanto a Santiago, el déficit señalado no figura desagregado, se adiciona a estas cifras aunque la situación global en esa ciudad no es enteramente conocida.
Las últimas cifras fiables se encuentran tan cercanas como el año 2002.
El 57.87 por ciento de las viviendas en el municipio eran al momento de realizarse la última investigación, propias, pagadas totalmente y en proceso de pago, precisa el Estudio socio económico para el ordenamiento territorial del municipio de Santiago, que recoge otras muestras independientes.
El 35 por ciento se hallaba en estado de alquiler y un 6 por ciento de casas eran cedidas o prestadas a quienes las habitaban.
Del total de viviendas, la mayoría, el 79 por ciento, eran casas independientes.
Los apartamentos constituyeron el 9.9 por ciento.
El 6.9 por ciento de la población del municipio vivía en cuarterías y barracones, con la diferencia de que estos últimos -los habitantes de barracones- no figuran como propietarios de las viviendas.
De las viviendas propias, totalmente pagadas, el 89 por ciento correspondió a casas independientes, y un 78 por ciento se encontraba en proceso de pago.
En el caso de las alquiladas, el 67.81 por ciento fueron viviendas independientes y un 14 por ciento, apartamentos.
Las piezas en cuartería figuraron en condición de alquiler, en donde se edificaron y remodelaron propiedades divididas en pequeños cuartos para el alquiler con pago semanal.
El índice de los servicios públicos urbanos, citado por el estudio, le indicó que el promedio nacional de efectividad es de un 58 por ciento y hay un promedio urbano del 69.9 por ciento.
La ciudad de Santiago presentó el más alto, por encima del nacional, y otras 16 ciudades con más de 50 mil habitantes, tenían un 84.5 por ciento.
La tasa de cobertura de los servicios fue, a la fecha, la siguiente:
Energía eléctrica: 99.6 por ciento; agua dentro de vivienda: 76.3 por ciento; recogida de basura: 88.1 por ciento, e inodoro no compartido: 73.9 por ciento.
Estableció la investigación que el 73 por ciento de las viviendas en el municipio tenían agua potable dentro, suministrada por el acueducto.
Un 14 por ciento acude a la llave pública del acueducto y un 10 por ciento utiliza el líquido servido por el acueducto pero con llaves fuera de la vivienda.
El uno por ciento acudió a camiones tanques para el suministro y el dos por ciento del total lo hacía por las vías del manantial, el río o arroyo, a través de pozos, la lluvia y otros medios.
La cobertura de servicio sanitario en el municipio fue propia una población fuertemente concentrada en la zona urbana.
El 82 por ciento de las viviendas utilizaba el inodoro para solucionar sus necesidades fisiológicas.
El 16 por ciento empleó la letrina, y un 2 por ciento no dispuso de facilidades para hacerlo.
Con la llegada masiva de ciudadanos haitianos desesperados, esa situación se ha tornado crítica en cuanto a demanda de servicios y otras dificultades.
La Frase
Las cuarterías son opciones: Hacen falta 58 mil nuevas viviendas cada año
El déficit
En la República Dominicana 975 mil familias carecen de vivienda. Camilo significó que el déficit habitacional en la RD se concentra en el rango de familias de ingresos bajos, mientras que el 38.4% de los hogares no tienen vivienda.
