Opinión

El costo del crimen

El costo del crimen

Orión Mejía

El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) ha publicado un amplísimo estudio sobre “Los costos del crimen y la violencia en el bienestar en América Latina y el Caribe”, que debería servir como referencia vital para afrontar el flagelo de la violencia, delincuencia y criminalidad que agobia a nuestro país.

En el prólogo de esa investigación se ofrecen datos que presentan a la región como la más violenta del planeta, al registrar el 33% de los homicidios por cada 100 mil habitantes en el mundo, a pesar de que en el continente solo habita el 9% de la población mundial.

Se parte del criterio de que el crimen y el temor al crimen influyen en la conducta de las personas, limitan las decisiones de inversión de las empresas y minan la confianza en las instituciones responsables de garantizar la seguridad pública, además de distorsionar la asignación de recursos públicos y privados.

Como costos directos del crimen se mencionan lesiones, daños y pérdidas, así como el gasto público y privado en procurar prevenirlo, además del costo del sistema de justicia penal y todo lo que en términos financieros se deriva del temor a ese flagelo.

América latina es la región más peligrosa del planeta, con 20 homicidios por cada cien mil habitantes, además de ser la única región donde la tendencia aumenta en vez de disminuir, tanto así que seis de cada diez robos tienen componente de violencia física.

El principio de que a menor desigualdad y pobreza, menor tasa de criminalidad, ha sido roto en América Latina y el Caribe, donde el PIB y los programas sociales se han incrementados, pero no así la reducción del crimen y la delincuencia.

Aunque desigualdad y pobreza se asocia a la criminalidad, las estadísticas de la región sobre PIB real e ingreso per cápita, no inciden en la disminución de los crímenes y delitos, por lo que, conforme a ese estudio, la principal preocupación en América Latina no es el desempleo, sino el crimen y la violencia.

En República Dominicana el PIB ha crecido en promedio 6.3% anual , disminuido el desempleo, se ha incrementado el gasto social, impulsado principalmente por el 4% del PIB a la educación y el aumento de la inversión en salud, la seguridad social e infraestructura vial, pero la delincuencia sigue en auge.

El informe de referencia puede ser un buen punto de apoyo para impulsar desde el Estado, Gobierno y sociedad un programa integral de combate a la delincuencia y a la prevaricación, porque ese es un mal cuyo combate compete a todos los dominicanos.