Opinión

El cuatro por ciento

El cuatro por ciento

Escribo hoy sobre el desayuno escolar porque hay dos sectores en cada país que son sagrados: La niñez, porque es depositaria del futuro de la Nación, y las mujeres, porque son las que dan a luz esa infancia. Atentar contra ellos es condenarse al implacable veredicto de la gente.
Ramona es una señora que ha trabajado siempre con nosotros. Su nieta fue seducida por un padrote de Higüey, que la embarazó y desapareció hasta hoy. Cuando la niña fue a dar a luz, la médico se empeñó en no partearla argumentando que “no era tiempo”, provocando que la biznieta, naciera con daño cerebral.
Eso ocurre porque aquí no se le enseña a futuros médicos y enfermeros que el primer tributo de un trabajador de la salud es la ternura. ¡Si a usted no le conmueve el sufrimiento ajeno elija otra profesión!
Ramona supo que le habían destruido a la biznieta desde que la vio, toda desgonzada como “un pollo con moco”, y ahí comenzó su peregrinar por hospitales hasta que arribó a una Fundación para niños con daño cerebral.
Ahora Ramona va a tener que retirar a la niña de la Fundación porque “ya no le dan desayuno ni medicinas”, y cuando he preguntado por qué esa miseria de “desayuno escolar” que es una cajita de jugo, una de leche y un conconete, no llega a los centros, me dijeron porque ”Educación les debe cuarenta millones de pesos” y lo han suspendido.
¿Educación? ¿Con un cuatro por ciento del presupuesto nacional?
“Es que ya el Ministro entró en campaña política y eso cuestas cuarto”. “Usted no ve que cambió e importó los uniformes escolares cuando se podían fabricar aquí?” ¿O es que ese Ministro piensa que somos estúpidos?”
Si en algo el Estado debe ser intransigente es en el desayuno escolar, así como la práctica de la medicina. En países con gobiernos responsables nadie se atreve a comerciar con la infancia, y ningún medico se equivoca porque no solo pierde el trabajo, sino que pierde el ejercicio y la estima social.
Cada vez que leo que se encontraron gusanos en el desayuno; que varios niños se intoxicaron porque el desayuno era viejo; que lo que sirven es una miseria, me enfurezco y pienso en la Biblia cuando Jesucristo dijo: ¡Ay de quienes le hagan daño a los niños, más le valdría atarse una piedra en el cuello y tirarse al mar”.
Y tengo ganas de pregúntale: Cristo, ¿no querrías una ayudita para ahorcar tanto canalla?
El Ministro de Educación se dice cristiano. Si lo es sabe que por sus hechos lo conocerán. Estamos a la espera de algo más que palabras.

El Nacional

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