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El estruendo del dios Huracán

El estruendo del dios Huracán

El clima o conducta del cielo, la intempestiva incontenible o la apacible calma enamorada, la amistad de las palmeras, el Sol pájaro redondo y contestatario; en fin, otra vez y siempre la poesía, ahora hecha de olas y de arena, de aborígenes y negros, de dominicanos, y aun así, de todos.

Michelle Ricardo, nuestra poeta, es polifacética, su estruendo es canto, nada complaciente hay en sus páginas sino gritos que son uñas y cinturas de cocotales, es Caribe, su magia la tierra y el eco de antiguas muertes por cuyas tumbas escapa el ventarrón que vocifera ¡injusta, injusta y desigual la vida!

Identificada con su mundo, la patria, su dolor y su futuro, sus ancestros, Michelle en nuestra generación encarna los símbolos a veces desdeñados por la nueva gaya, la sabiduría de su afro nos dice aquí está la isladonde hay bacásy fiestas patronales, guaguas destartaladas que te llevaran a algún futuro.

Michelle Ricardo, mujer versátil, del signo Libra, nació el 24 de septiembre de 1986, estudió artes visuales en la Escuela de Diseño Altos de Chavón y en la de Artes Plásticas de México D.F., es integrante del colectivo internacional de Hip Hop Quilomboarte donde hace spoken word.

Michelle Ricardo

La hoguera se desvanece al arribo del alba

A los Misterios

Habría que buscarte, /destrozando con el alma la noche sublevada. / Olfateando con las garras, / más grandes, bien abiertas, / la Montaña / para que el Nombre no lo pierdas. / Y así / abrir el torrente en comisura / de una caricia / como sal.

Habría que recorrer / con la palabra el cielo / convertida / en Nortes de lloviznas. / Antillas y campamentos.

E invertir el ritmo a las fugaces / para ser en constante / la llamada del Estruendo.

Tú, volcán repleto / que haces de tus lágrimas / el mundo recorrido. / Un acuerdo entre guerreros. / Un misil buscando densidad, / y de la captura, / espacio descubierto.

Habría que buscarte / haciendo de la tierra la madeja. / E hilvanar alas a la luz, / que no encuentra, / la parte perdida de la piedra. / Porque Caribe / se emula en los poros de tus labios / como migajas de arena. / Y el espejo es reflejo / del eco que te llena.

Habría que encontrarte / para lamerte los colmillos. / Y así / a la orilla de los vientos. / Ser la intención / del Amor emancipado.

Inriri

La lengua se movió / acariciando el cielo la boca. / Desde la glotis subió / arañando los bronquios. / Salió en un silbido. / Se atropelló en los dientes / y afuera / se escuchó en quejido. / Salió y emulo el cantar de hogueras. / Las melodías de troncos huecos / que desde el centro / traían palabras de dioses y cielos. / La mancha era como una herida en la cueva. / Desde el fondo / sus ojos amarillos resplandecían / superponiéndose a las penumbras, / el penacho rojo restallaba y el pico largo / se asomaba tomando agua. / La diosa estaba aplastada bebiendo. / Sus pechos al aire / colgaban de su cuerpo como frutas maduras. / Por las paredes húmedas / se asomaban todos, / los restos. / Hombres, demonios y animales de la Isla. / El hueco entre sus piernas sangraba, /de cada gota nació una mujer / con toda la historia humana. / Fueron blancas y amarillas y verdes y rojas y negras.

Estabas aquí desde antes, sin darte cuenta. / La voz se alzó oscura y espesa / desde las profundidades. / Y el lugar se inundó de aroma de cenizas y miel.

Cantaron todos.

Inriri, estas aquí. / Estas aquí, / Inriri. / Inriri, estas aquí. / Estas aquí, Inriri.

Así, / una cadena brillante / sobre el penacho / apartó la oscuridad.

Aprópiate de lo tuyo…

Aprópiate de lo tuyo.-dicen. / Es imperativo en onda repartida al territorio. / Sale viva en alas verdes, / que duermen / en nichos de antiguo hospital. / Plegaria abierta. / Despacio escucha.-dicen. / Soy bagaje hecha sangre.- habla la Piedra. / Hay una fuerte corriente sobre el aire, / los tiburones esperan. / Clamor de cuna / aullando estrellas.

Oh hermanos míos. / Hemos perdido el fragor de la batalla en la ambición. / La tierra es prieta y grande. / Es una teta repleta que alimenta Todo. / La hoz se agrava en este tiempo bajo letras. / La consciencia de este ancestro no hace rezos / al Universal que añora.

Te están desplazando.-dice.

El oscurantismo permanece memoria. /Eres pulpa machacada / exprimida aun / medio siglo después.

Oh hermanos míos. / El viento alivio. / Repara, acaricia, levanta frente y espalda. / Tira látigos a olvido. / ¿Por qué te obsesionas, entonces, / si el abrazo de casa es amplio?

La línea es frontera plana. / No estamos / en permanencia suicida. / La mirada continúa nube clara. / Ciega al sol. / Luz abruma porque oscurece. / Macocael aguarda / siempre para que nadie quede. El sacrificio está hecho. / Ancestros guerreros en vilo. / ¡La tierra es nuestra!

Oh hermana mía / despreña tu vientre. / Emancipa el alma. / Sierra en danzas / escribe Palabra / vestida de dioses.

Alcánzanos.-dicen. / La sangre corre frente a las puertas. / Sobre el asfalto.

Entre los autos. / Ahora, sigue, dominio de amo. / El charco está fresco todavía.

Los habían sacado por la fuerza.-dice. / El miedo es otrora, abriga en la palma abierta al neonato. / Canta con la garganta repleta.

La Isla en voz. / Oh hermanos míos. / Despierta. / Agua acaricia. / Tu cuerpo es Sal. / El Caribe es nuestro. / Es una nación inmensa hecha de mapas. / De ahí el miedo / eres fuerza en brazo… en canto, alma y corazón. / Oh hermanos míos. / Aprópiense.-reclaman.

Actuar de cruce caminos

El cuero es luz que acerca. / Las vísceras son sangre de un solo mundo.

La tragedia, / es silencio de horas. / En el Carnaval Santo, / el último día sobre la aurora, / arderá el espíritu para encontrarnos. / Las máscaras / están disueltas en lenguas. / La certeza / está en mis brazos / haciéndose. / Caballo anda. / La carreta se vuelve para volcarse. / Hemos traído el mar en un jigüero. / El mar era noche adentro. / Tus manos estaban muy lejos de tocarme / y yo te arrimaba en versos. / La garganta salió de la voz y construyó / este corazón / desde el que hablamos. / Y el mar, / era la masa de un sueño / llevando notas.

Las montañas…

Las montañas llenas de máscaras. / La Magia repleta de ellas. / Detrás, el cielo. / Las cornetas anchas se abren. / Vibran. / Los balsié retumban / achicando, / el sopor y el letargo, / del rito de los pilones. / Toma la negra el fuete. / El fuete toma la negra. / Abre los granos. / Le despelleja las cáscaras, / exponiéndolos al viento. / Al cadáver fronterizo. / A ti. / Mirada. / Dos mujeres hacen el amor / debajo de la enramada. / Elías, se llama una de ellas. /La otra, vestida de doncella. / El día cae. / El gallo suena. / Se acuesta. / Al resto, / se acostumbran los labios.

El Nacional

La Voz de Todos