Opinión

El iceberg: Puerto Plata

El iceberg: Puerto Plata

Cuando era pequeña el lugar de veraneo de Santiago era Sosúa. En mi barrio se alquilaban colectivamente las habitaciones del único hotel de madera que había en Long Beach donde, muy apretujados, éramos felices.
Hoy, tanto Sosúa, como Las Terrenas, son predio de depredadores sexuales a quienes, como denuncia Cheddy García, se les puede ver besuqueando a niños y niñas abiertamente en la playa. Debo testimoniar que muchos otros turistas europeos reaccionan con asco y los increpan.
En esas playas brilla por su ausencia el CONANI, que debería tener, en conjunción con la Policía, puestos de observación e intervención en estos casos y formar alianzas con los sectores comprometidos con este flagelo, tanto las iglesias, como burgueses preocupados más allá de la denuncia. Andrés Pastoriza sería un buen candidato junto con Julia Álvarez, quien hoy utiliza la residencia veraniega de sus padres para una Fundación para niñas de la calle, con un voluntariado norteamericano que organiza todo tipo de actividades en Sosua.
Lo que no entiendo es que mientras la prostitución de nuestra infancia sucede frente a las mismas narices de la Policía, en el mismo Sosua, El Nacional publique una denuncia de “Maltratos de agentes” en su edición del 17 de abril. En ese artículo se denuncia: “Gran consternación ha generado el accionar de agentes de la policía durante redadas disfrazadas de operativos en contra de comunicadores sociales y dirigentes comunitarios”, añadiendo que la Concejal de este municipio y exdirectora del Distrito Escolar 11-01, Lic. Lilian Ceballos fue una de sus víctimas, cuando “agentes de la PN irrumpieron (oigan esto) en el velatorio de la madre del vicepresidente de la Junta de Vecinos del Sector Los Castillos, manipulando armas de fuego y lanzando gas pimienta”.
Habría que preguntarle al recién llegado coronel Eduard Almánzar, quien aparentemente busca rango persiguiendo al movimiento popular no a los criminales, si tiene información de que la Junta está ligada a las redes de prostitución infantil y por eso, mientras no reprime a “los asquerosos europeos que besuquean a nuestras niñas en la playa”, según Cheddy, buscan convertirse en los John Wayne del narcotráfico y las redes de pedofilia.
¿Por órdenes de quien o quienes? ¿Y para qué? Y, ¿Por qué sigue la policía promoviendo a coroneles a psicópatas y mercenarios? ¿Es que aún no les aplica el examen psicológico que venimos recomendando desde hace siglos?
¿Y por dónde anda el CONANI? Institución a la que también añado a los organismos que deberían desaparecer en una nueva gestión estatal, a menos que pase a manos realmente preocupadas con el devenir de la Nación que no es otro que el de nuestra infancia. Sosua es la punta del iceberg.

El Nacional

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