Opinión

El nuevo líder del PRD

El nuevo líder del PRD

Hay quienes aseguran que Miguel Vargas Maldonado es el nuevo líder del PRD –el heredero del pensamiento y la acción del doctor Peña Gómez- y que por tal razón debe ser  presidente del partido y al mismo tiempo candidato a la Presidencia de la República, no importa que sean violados los estatutos que  prohíben esa dualidad.

Tal vez sea preciso aclarar que para ser candidato a la Presidencia de la República no hay que ser líder, ni para ser presidente del partido tampoco hay que ser líder, que se puede ser ambas cosas, incluso, sin alcanzar la categoría de líder.

Los políticos tienen tres cualidades fundamentales, a decir de Lenin. Unos son agitadores, otros propagandistas y los terceros organizadores. Difícilmente un político, líder o no, jefe o no, reúne esas tres cualidades.

El argentino Aníbal D` Angelo Rodríguez en su diccionario político dice: “El concepto de liderazgo puede analizarse en dos sentidos. Primero, objetivamente, como la relación de poder que hay entre quien manda y quien obedece. Segundo, subjetivamente, como las características de la(s) persona(s) que ejercen un cierto tipo de mando en el cual la relación objetiva se ve superada por la adhesión personal. En el primer caso nos referimos principalmente al liderazgo. En el segundo, al líder”.

Más adelante Rodríguez habla de “líderes institucionales” y de “líderes carismáticos”

“Los primeros son aquellos –añade- que suscitan lealtades en la medida de su inserción en las instituciones. En ellos, las dotes personales tienen un papel secundario. Lo que los caracteriza es una utilización de las instituciones para sus fines políticos pero sin ruptura”.

“En el líder carismático –continúa- lo esencial es la persona. Puede –o no- apoyarse en instituciones pre-existentes. Puede –o no- producir la ruptura de las viejas instituciones y crear unas nuevas. En cualquier caso, las lealtades que promueve son a título personal”.

Como puede apreciar el lector, Miguel Vargas no reúne ninguna de las condiciones políticas ni personales para ser considerado un líder, ni de ser dueño de un liderazgo dentro del PRD, ni dentro de la sociedad dominicana. No reúne tampoco, ninguna de las tres categorías citadas por Lenin, el jefe de la revolución Rusa de 1917.

El ex presidente ecuatoriano Rodrigo Borja en su Enciclopedia de la Política señala que “el liderazgo no siempre está ligado al desempeño de una función pública o partidista. Es muchas veces un atributo intrínseco de la persona, un accidente social.” Y dice más: “Al líder político suelen acompañarle atributo humanos poco comunes: capacidad de trabajo y don de mando extraordinarios.” Luego afirma: “No puede haber líder político sin esa simbiosis de acción y pensamiento. Naturalmente – apunta- son incompatibles la inclinación por el poder, propia del líder político, y la inclinación por el sosiego, que caracteriza al intelectual”.

José Francisco Peña Gómez era negro, feo y pobre. Sin embargo se convirtió en el más grande líder de masas que ha tenido el país en toda su historia. Su liderazgo traspasó las fronteras de nuestra nación. ¿Qué lo hizo líder? Su condición innata, su preparación, su fortaleza espiritual; algo que no siempre se puede explicar con palabras. Quiere decir que el dinero ni la apariencia física forjan o hace un líder. ¿En que tiempo se forja o se hace un líder? Nadie lo sabe, solo las circunstancias. Y lo explica solo la historia.

¿Cómo nació el liderazgo de un hombre prácticamente desconocido como Francisco Alberto Caamaño, proveniente de una familia reaccionaria de guardias trujillistas, en el escenario de la revolución  de abril?

Un hombre no se proclama líder durante una coyuntura determinada y menos electoral.

Un decreto o un deseo no producen un líder ni un liderazgo. Mucho menos un caudillo.

Miguel Vargas no tiene condiciones políticas, ni personales, para ser líder. ¿Líder de qué? ¿Desde cuanto? ¿Desde hace cinco meses, tres semanas o cuatro días, dos horas? El liderazgo se pone a prueba constantemente en el fragor de la lucha política donde alcanza una estatura, donde logra una dimensión hasta lograr una categoría histórica.

Miguel Vargas es resultado de la crisis del sistema de partidos, del caos en el PRD, de su falta de ideología, de disciplina y de estructura orgánica moderna. Miguel Vargas es fruto de un partido donde el clientelismo y el paternalismo imponen las reglas del juego.

Me inscribo en el grupo de los que consideran que durante la campaña electoral Vargas Maldonado demostró no tener gerencia ni don de mando. La campaña electoral careció de  gerencia, de mando y de liderazgo. El capitán no supo conducir al PRD hacía la victoria. Fracasó. Dejó que se hundiera la nave.

El Nacional

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