POR: Juan Arístides Taveras Guzmán
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Esperamos que se cumpla y no suceda lo del importante Plan Decenal 1992 que hicimos con el doctor Balaguer
El pacto educativo que acaba de firmarse consensuadamente en el palacio nacional la semana pasada, le damos una importancia transcendental no porque fija una política definitiva a seguir a favor de nuestros jóvenes para preparase y educarse después de los tres años en tandas extendidas sino porque ello asegura un porvenir y más cuando dicho proyecto promete modificar leyes del sector como la 139-01, la 66-97, 11680 que regulan los sectores de educación nacional superior y tecnología , formación técnico respectivamente creando aéreas para evaluarlo y promoverlo así como para cubrir aquellas ausencias de permisos, vacaciones, etc. Este pacto está planificado hasta el 2030.
Esperamos que se cumpla y no suceda lo del importante plan decenal 1992 que hicimos con el Dr Balaguer que lo dejaron caer después de notable inversión y haberlo promovido tanto nosotros en su tiempo aquel bendito ensayo. Como olvidar aquella prestante dama Jacqueline Malagón, quien sembró tanto para aquel tremendo ensayo preparatorio de nuestra juventud.
Quiero felicitar a todos los que ahora reverdecen fecundamente a los que vuelven a pensar en el porvenir de nuestra generación futura creando una política definitiva y consensuada por miles de representantes autorizados que incluyen la clase política y social dominicana a distintos niveles.
Queremos destacar especialmente la feliz coincidencia de reflexionar sobre este importante paso futuro que acabamos de dar al celebrar también el día del periodista externándole a dicha clase, la más calurosa felicitación y exhortarles respetuosamente que promuevan dicho proyecto forma digna de aportar a favor de nuestro delicado ministerio de comunicar bien, objetiva y transparentemente. Vale decir definitivamente apuntalar y asegurar el porvenir más promisorio a nuestras generaciones del mañana uno de los problemas capitales que actualmente desafían al mundo como es el analfabetismo y la falta de una buena educación para el humano y nuestros pueblos.
En otro orden permítanme por este medio extender mis sinceras condolencias a las familias de dos grandes dominicanos fallecidos que aportaron a su país con éxito y ejemplo, dos grandes amigos, el ingeniero don Diego de Moya Canaán y don Jose Lora Taveras. Hasta el próximo jueves.
