Opinión

El Papa y el PPH

El Papa y el PPH

El PPH, que el ex presidente Hipólito Mejía enterró, pero el gobierno se ocupa de  darle vida a cada instante, está detrás de las declaraciones del Papa Benedicto XVl, externando en torno al auge del narcotráfico, la corrupción y la violencia en la República Dominicana, no en el mundo como dicen algunas bocinas.

Sacerdotes del PRD que hacen vida en el  imbatible PPH, han ido a  Roma, la capital de Italia, donde se encuentra el Estado Vaticano, para hablar con Su Santidad y llevarle el chisme de que en la República Dominicana la droga se comercializa en todas las esquinas ante la mirada indiferente de las autoridades; que la corrupción no se detiene en la puerta de ningún despacho; que las muertes extrajudiciales son cada vez más frecuentes; que los ciudadanos no están seguros ni en sus hogares; que el secuestro es una industria, que los secretarios y subsecretarios de Estado, junto a los directores generales y subdirectores, se llevan una buena parte del presupuesto de la nación. La otra parte se pierde entre las botas de militares y policías corruptos.

Dicen algunos oficialistas que los curas militantes del PPH fueron a la capital del que fuera el más grande y poderoso imperio de la antigüedad para llegarle el chisme al Papa.

Tal parece que la última carta pastoral no le fue enviada a Su Santidad, que es ahora, por los curas malditos del PPH, que se ha enterado del desastre, del tsunami de inmundicia que le ha caído encima a la República Dominicana desde hace algunos años.

El Papa probablemente se haya sentido, más que extrañado, traicionado en su confianza, pues no había sido debidamente enterado.

Presumo que mientras los curas entrometidos del PPH le informaban al jefe de la Iglesia el infierno que viven los cristianos en este pedazo de isla, su eminencia reverendísima, de verdad, no hacía más que levantar la cabeza y mostrar su indignación.

El Papa no sabía del credo ni la mitad. Su indignación no tenía límite, supongo. Tanta rabia debió tener, que seguramente maldijo una y otra vez a los fariseos de su iglesia que se unen al poder para obtener beneficios sin importarle la suerte de todo un pueblo que padece hambre y miseria.

Nunca, ni  en los momentos en que el país estuvo gobernado por regímenes de fuerza,  un Papa se había referido a la República Dominicana en términos tan duros, que violentan incluso el principio de no intervención en los asuntos internos de un país aliado con el que se mantiene relación bilateral.

Las palabras de Benedicto XVl ruedan como piedras por todo el mundo denunciando la corrupción, el narcotráfico y la violencia que caracterizan  la vida de nuestra sociedad.

Avergonzados debemos sentirnos quienes  amamos este país. El látigo del Vaticano nos golpea. Los ramalazos dejan huellas  en la conciencia.

El cardenal Nicolás de Jesús López Rodríguez, que ha guardado silencio ante  lo sucedido, que inaugura y pasea por el Metro, no quiere que le demos importancia a las palabras de su jefe, el Sumo Pontífice. Le molesta que la oposición le saque  provecho político.

En ese tenor, Euclides Gutiérrez Félix, connotado dirigente del PLD y funcionario, se burla del Papa expresando extrañeza por sus declaraciones, alegando que es alemán y no habla español. ¡Como si el Papa tiene que hablar español para referirse a la corrupción y el narcotráfico!

Afirmar que un grupo de “sacerdotes perredeístas” le informaron al Papa lo que  sucede en este país, es otorgarle a ese partido un poder que no tiene.

Negarle importancia a las expresiones del  Pontífice es un acto irresponsable y desleal. Prueba que los intereses de clase están por encima incluso de la fe. Marx dijo que el Capital no tiene Patria. Bueno, tampoco  religión.

Conociendo a Euclides como lo conocemos todos, no dudo que en algún lugar haya dicho que el Papa Benedicto XVl ya se inscribió en el PPH.  Hipólito irá a Roma a juramentarlo.

Y conociendo al Cardenal, como lo conocemos todos, no dudo que a esta hora esté echando chispas, loco por saber como  el Papa se enteró de lo que está sucediendo en nuestro país.

Y si descubre que  sacerdotes del PPH, como dice Euclides,  fueron al Vaticano a “chivatearlo”, les irá muy mal, porque, como él mismo dijera, debajo de esa sotana hay un hombre.

Mientras el hacha va y viene,  continúan los escándalos. El narcotráfico sigue trabajando, el pollo cuesta 50 pesos la libra, los intercambios de disparos no se detienen, la economía de los funcionarios sigue blindada, la droga ni el dinero del caso Paya aparecen a 8 meses de los asesinatos, la cucarachaquemea.com sigue en el aire diciendo horrores. Quirino se llevará medio gobierno. Las protestas de la gente de abajo continúan. Las zonas francas cierran. El turismo baja, al igual que las remesas. A las preocupaciones del Departamento de Estado de Estados Unidos por el poderío del narcotráfico se suman ahora las del Papa. “¡E’ pa’lante que vamos!”

 

El Nacional

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