Opinión

El Plan Nacional de Pastoral

El Plan Nacional de Pastoral

Voy a tratar de presentar el plan nacional de pastoral, elaborado por la Iglesia dominicana para conmemorar el medio milenio de la evangelización de América Latina.

Creí que el plan, una vez impreso y puesto en las manos de todos los llamados a ejecutarlo, se explicaría por si mismo y ayudaría a resolver cualquier tranque e improvisación. ¿Me equivoqué en esa presunción?

I.- A medida que pasan los días y se multiplican las “reuniones” de los que son llamados a asesorar o planear las acciones en las distintas áreas o prioridades; más oigo decir que el plan “impreso” no tiene mucho uso ni practicidad.

Al principio, me decía a mí mismo y a otros que el plan había que tomarlo todo entero por todos y cada unos de los llamados a ejecutarlo. Que no se podía uno centrar en los “campos de acción y prioridades”, que es la tercera Parte, sin antes conocer bien la parte primera (“marco referencial”, en su doble vertiente: “de realidad y doctrinal) y sin dominar la segunda parte (“diagnóstico Pastoral”).

Vi con aprehensión y pánico que muchos laicos se lanzaron a planificar acciones y políticas y estrategias y estructuras -en una y otra prioridad-; aún mucho antes de haber sido elaborado e impreso el plan total en sus distintas áreas. Más aún, muchas de esas acciones y estructuraciones y responsabilizaciones se hicieron sin la participación y presencia de los verdaderos responsables de las Iglesias “locales” y sus “pastorales”: Los párrocos. ¿Qué ha significado todo esto? Pues demasiadas cosas, no todas buenas. Se ha manifestado demasiado ignorancia, desavenencia, contraposiciones, imposiciones, presuntuosidades, precipitaciones, psicopatías, reunionismos por reunionismos, estructuraciones por estructuraciones…. Dando la sensación que se pretende crear un ejército con meros coroneles y generales sin tropa ni raso alguno.

II.- Creí que el “campo de acción y prioridades” (tercera parte) necesitaba que todos conocieran bien la primera y segunda parte: marco referencial y diagnóstico pastoral respectivamente. ¿Es cierto esto?

¡Bueno! Voy a tratar de convencerme a mí primero y a los que quieran pensar como yo. Nada fácil de lograr. Porque el “marco referencial”, tanto en su vertiente de “marco de realidad: socio-económico-política y pastoral”, como en su “marco doctrinal”; o son demasiado elementales y escuetos, o no están bien elaborados no se hicieron teniendo en cuenta que de ellos salieran el “Diagnóstico” y los “campos de acción y prioridades”.

Presentamos, macroscópicamente, el “marco referencial” y que cada cual juzgue y mire en que le ayuda o desayuda.

Tiene dos partes: una es el marco de realidad y otra el marco doctrinal. Y la primera parte se subdivide aún en otras dos: realidad socio-económica-política y realidad pastoral.

La realidad socio-política-económica ocupa once números o párrafos y la realidad pastoral ocupa solamente ocho números.

El Nacional

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