Opinión

El PLD de hoy (VIII)

El PLD  de hoy (VIII)

Argumentar que la degradación del Partido de la Liberación Dominicana es el resultado de haberse convertido de un partido de cuadros en un partido de masas, es una tesis tan falsa como lo fue aquella de la Revolución Permanente de Leon Trotsky. A raíz de las bochornosas primarias de aquel luctuoso domingo 13 de diciembre, que dejaron un gran dolor, no solamente en las filas del PLD, sino en el país, el presidente de esa organización política escribió un excelente artículo de opinión, donde analizaba el futuro de esa entidad política y establecía con claridad cuáles eran sus desafíos inmediatos.

En el artículo de marras, el presidente Leonel Fernández se preguntaba, cómo y por qué acontecimientos de esa naturaleza podían ocurrir en una institución política que durante más de 40 años se había distinguido, precisamente por su orden y disciplina. Contrario a don Juan Bosch, quien acostumbraba hacer estos tipos de preguntas en sus artículos y dar inmediatamente respuestas aleccionadoras, el profesor Fernández se enfocó en criticar las debilidades del proceso eleccionario y condenar los actos de violencia, pero sin dar una respuesta de fondo en términos políticos y sociológicos.

El presidente del PLD de hoy, como buen abogado, hizo una pregunta, teniendo cabal conocimiento de la respuesta. ¿Y cuál es la respuesta en términos políticos que explica las inconductas de los miembros del PLD de hoy? ¿Su transición a un partido de masas? Ya dijimos que esa es una tesis falsa. El proceso de degradación del PLD ha sido gradual, pero es en el segundo gobierno de Leonel Fernández, que un gran grupo de dirigentes se aburguesa, fomenta el grupismo, y comienza a violar todos los métodos de trabajo creados por Don Juan Bosch, precisamente para evitar esas actitudes impropias de los peledeístas.

Sin rodeos hay que decir que una parte del PLD se corrompió y permitió que se mancillara la obra maestra del prócer vegano. Este no es un artículo para establecer la irreversibilidad o no de ese proceso involutivo. Lo cierto es que si hay una persona que tiene la autoridad y la capacidad para aquilatar los desafíos del PLD, es precisamente Leonel Fernández Reyna, a él le tocará como presidente del PLD de hoy, repensar a Don Juan y volver a aquel trabajo del 20 de junio del 1980 en que el viejo maestro decía ”aprendamos a desconfiar”. Y muy bien que le vendría recordar esas enseñanzas de Bosch, a partir de sus últimas amargas experiencias, donde se intentó, según sus palabras: hacerlo añicos.

A partir del 16 de mayo se inicia una etapa delicada para la nación. Aunque estamos montados en el carro del pragmatismo, las leyes de la política en tanto su carácter de ciencia, podrían en cualquier momento brotar con la misma fuerza que lo hace un volcán y cobrarse las injusticias y la dejadez de nuestra clase política.

El Nacional

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