Yo pensaba, y seguro que otros dominicanos y dominicanas también lo creían, que la prevalencia del VIH y SIDA se había reducido a su mínima expresión en nuestro país en los últimos tiempos. Lamentablemente, no es así.
Sé del incremento que ha venido registrando el Virus del Papiloma Humano, especialmente en la población más joven, y de los ingentes esfuerzos de las autoridades para reducir las diferentes enfermedades, pero insisto- tenía la idea de que el avance galopante del VIH y SIDA ya era historia.
Sin embargo, la semana pasada los medios de comunicación se hicieron eco de dos informaciones oficiales sobre la incidencia y aumento de casos de VIH y SIDA.
La primera noticia daba cuenta de que solamente en el mes de junio en el hospital regional Juan Pablo Pina, de San Cristóbal, se habían detectado 212 personas con el Síndrome de Inmuno Deficiencia Adquirida. Si eso fue en un mes, imagínense las estadísticas de un año solo para la provincia de San Cristóbal.
El otro informe fue dado a conocer por el director ejecutivo del Consejo Nacional para el VIH y SIDA (CONAVIHSIDA), doctor Víctor Terrero, dando cuenta de la existencia de unas 1 mil 253 personas afectadas con la enfermedad en la provincia de Barahona. Sin dudas, una cifra alarmante. El doctor Terrero reveló en el informe que la prevalencia del virus va en aumento en la República Dominicana.
El mortífero y despiadado virus, que apareció hace alrededor de 17 años, continúa amenazando seriamente el presente y el futuro de la humanidad y, en la República Dominicana en particular, tiene secuela de niños, adolescentes y jóvenes afectados.
Quien le pondrá el cascabel al avance del SIDA?
Todos y todas, manos a la obra.
