Opinión

Elecciones Haití

Elecciones  Haití

Ernesto Guerrero

Como dominicano viviendo en Puerto Príncipe durante los tres años siguientes al terremoto, les digo que por doquiera recibía muestras de afecto y agradecimiento por el apoyo, de nuestro país, que aunque no estaba entre las 10 naciones que más contribuyeron económicamente, por lo menos fuimos los primeros en llegar y unos de los más efectivos.

La comunidad internacional rápidamente se movilizó para levantar el PDNA (Post Disaster Need Asessment), una verdadera batalla de los gobiernos y agencias internacionales (pocos haitianos), para determinar cuáles eran las mayores prioridades y determinar los fondos necesarios. Este documento sirvió para movilizar la astronómica suma de 9 billones de dólares.

El gobierno dominicano apresuradamente tomó las siguientes iniciativas: Abrió la frontera y uno de cada cinco haitianos en el país entraron después del terremoto (ENI, 2012). Por los aeropuertos y puertos dominicanos entró toda la ayuda internacional. Leonel asumió el rol que correspondía al insulso presidente Preval organizando reuniones internacionales, y liderando en todos los foros las demandas de ayuda para Haití.

Muchos hombres de negocio se movilizaron para buscar su tajada en la reconstrucción de Haití, y ese año la economía dominicana creció un asombroso 7.6%. Sin embargo, lo que no previeron es que menos de un 10% de la ayuda fue canalizado directamente al gobierno de Haití, sino por medio de ONGs y organismos internacionales.

Jean Bellerive, Primer Ministro de Haití, casado con una dominicana y con hijos dominicanos, otorgó contratos de construcción de forma directa a la constructora de Félix Bautista. En las elecciones Presidenciales, -probablemente para garantizar los contratos- esta constructora entregó dinero a dos de los potenciales candidatos; Manigat y Martelly e igualmente con fondos estatales, construyó las edificaciones donadas para una nueva universidad en Cabo Haitiano.

A raíz de las investigaciones del Senado Haitiano, se deduce que la gran solidaridad con el pueblo haitiano , no era más que una pantalla para encubrir los jugosos contratos. -Actividad muy parecida, por la que hoy, el presidente Lula comparece ante la justicia Brasileña.  Lo lastimoso es que hoy regateamos el apoyo de equipos y técnicos necesarios para que Haití puede celebrar sus elecciones.

El Nacional

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