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En España no todos apoyan  “La Roja”

En España no todos apoyan  “La Roja”

En la última Eurocopa, el líder del Partido Nacionalista Vasco (PNV), Íñigo Urkullu, iba con Rusia. En el Mundial de Sudáfrica, no llegó tan lejos, dijo que quería que ganara “el mejor”.

Los futbolistas Xavi y Puyol juegan con España y lo celebran con la bandera catalana.

El de Urkullu no es un caso aislado. En Cataluña, el panorama es parecido y en el resto de España no es que haya unanimidad. Por ejemplo, los republicanos suelen apoyar al combinado español, aunque con reticencias y una bandera diferente.

La complejidad de la realidad nacional y política española es algo que no podía escapar al fútbol, un deporte, pero también un movimiento que levanta pasiones, gran parte de ellas, de tinte nacionalista.

La victoria de España en el Mundial de Sudáfrica ha puesto de manifiesto que una gran mayoría anima al equipo, sin dudas y sin politizar el asunto. No hay más que ver las imágenes de la fiesta para no ponerlo en duda. El grito de guerra “soy español”.

Pero, lo cierto es que España es un ejemplo casi único de país “plural” en el que, junto a los que hinchan, están los que quieren que pierda –en general nacionalistas– y los que disfrutan con el juego y las victorias pero con matices y sin airear la bandera, normalmente de izquierdas y republicanos.

“Si fuera por mí, ojala Holanda le meta 30-0 a España. Están usando las victorias de la selección, compuesta en su mayoría por catalanes y vascos, para vender un concepto de España que muchos vascos no compartimos”, le declaró a Reuters Iñaki Atxutegi, bilbaíno de 40 años.

El presidente de Izquierda Republicana de Cataluña (ERC, por sus siglas en catalán) Joan Puigcercós, reconoció que gran parte de los que en la víspera de la final se manifestaron a favor de la autonomía apoyan a la selección española. El líder catalán pidió “no contraponer” ambas cuestiones.

La eclosión de la bandera indica que sobre todo ganar genera dinámicas de unión, pero los recelos que ha levantado también dejan claro que el deporte no tiende puentes imposibles.

“No me siento español del todo, no puedo evitarlo”, declara Marc Morrel, de 46 años y habitante de Tarragona, una provincia de Cataluña. “Puyol y el resto preferirían jugar para la selección catalana. Ellos sólo juegan para España porque no tienen otra opción”.

“Barcelona bipolar”

Carles Puyol, defensor central del FC Barcelona, fue uno de los que celebró el triunfo paseándose con la “senyera”, la bandera catalana. El tinerfeño Pedro, cual capa de superman, vistió la de Canarias.

Los españoles se lanzaron a la calle con la bandera constitucional.

Los dos futbolistas son sólo dos ejemplos de algo que también se vio en los balcones, sobre todo en los de Cataluña: dos banderas, la de la comunidad y la del estado, y es que las identidades nacionales también pueden ser múltiples.

Pere Fernández, estudiante de Barcelona y catalán, le explicó a BBC Mundo que iba con España pero sin exagerar. “No soy fanático, si perdía no me ponía triste ni nada”.

“Si hubiera selección de Cataluña, iría con Cataluña sin dudas. Pero como no creo que eso jamás pase, al fin y al cabo, voy con el país que me vio nacer”, comenta.

“Me alegré, pero no iría a celebrarlo con banderas españolas ni tararearía el himno porque no me nace”, agrega.

Para Pere estos días se vio “la Barcelona bipolar”: el sábado lleno de banderas catalanas e independentistas -en la manifestación contra una sentencia del Tribunal Constitucional- y el domingo españolas. “Era muy extraño”.

“Bandera monárquica”

José Manuel de Pablos, catedrático de Periodismo de la Universidad de La Laguna y republicano confeso, insiste en que la bandera que llenó los balcones de buena parte de España “es la de los monárquicos”.

Los republicanos entendemos que no hubo transición democrática en España sino una transacción. La bandera de hoy es la que suplantó a la de la II República, la legítima

José Manuel de Pablos

Para el catedrático, las banderas adornando los balcones son simplemente una manifestación de que “a la gente le gusta el fútbol”. “Han aparecido banderas con el pulpo, lo que deja claro que importa bien poco el escudo y simplemente se trata de forofos”.

Las calles de las ciudades de España fueron una auténtica fiesta en la que la aplastante mayoría llevaba la bandera constitucional.

Para el diario conservador ABC, sería “erróneo transformar este sentimiento en una suerte de nacionalismo español oponible a los nacionalismos periféricos”.

El rotativo apuesta por “recuperar un patriotismo positivo y constructivo que es imposible si los ciudadanos se avergüenzan de su bandera”.

Lo único cierto es que España ganó el Mundial con un fútbol y una actitud que despertó admiración, fuera y dentro del país. Sin embargo, el debate de las identidades nacionales, parece, no lo ha zanjado.

El Nacional

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