Opinión

En pareja

En pareja

Teatro del debate, con arreglo a la dinámica natural del drama político, cuando no deportivo. Balaguer y Bosch jugaron roles de oponentes irreconciliables, acaso sin proponérselo. Jack Veneno y Relámpago Hernández, eternos rivales como Licey y Escogidos. Todos ellos asimilaron, a su manera, un sistema primario de atracción y competitividad que les garantizaba beneficios y permanencia.

Entramado histórico del que Plutarco se ocupa con largueza en Vidas Paralelas, resaltando, a través de pares opuestos, las contradicciones entre griegos y romanos. La nuestra no ha estado exenta de este fenómeno. Duarte tuvo su Santana, Gaspar Polanco no fue tolerante ni entendió las disidencias de Pepillo Salcedo, así como Trujillo no pudo soportar los embates del cacique liniero Desiderio Arias.

Hay casos forzados, más bien arreglados. Por tanto, artificiales, descartables dado que falsifican una lógica política y social que se produce de manera natural en el curso regular de la historia. Tales montajes obedecen apenas a estrategias de marketing, a los fines de sacar provecho de accidentes sociales originales. Nunca segundas parte ni copias fueron mejores.

Acuerdos que se expresan de varias formas, incluyendo en lo

que se calla

A Leonel e Hipólito parece no incomodarles desempeñar el papel de un paralelismo disimulado, cuyos vasos comunicantes se alimentan de contradicciones tácticas, carentes de sustancia. Las diferencias ideológicas –si las hubo-, han dado paso a comportamientos marcados por intereses particulares y de grupo. “Un ex Presidente no puede caer preso”, puede ser parte –quien sabe- de esas coincidencias, que las adversidades prolongan inevitablemente.

Acuerdos que se expresan de varias formas, incluyendo en lo que se calla. “Has caso de lo que hago, no de lo que digo”, cristiana propuesta en elogio a la actitud, que en política tiene bien ganada una connotación exagerada. Los beneficios de la impunidad justifican todo tipo de insulto. Total, la sinceridad se manifiesta en el accionar.

Esto explica el poco disimulado interés de Leonel y sus seguidores en tener como adversario al ex Presidente Mejía. Vulnerabilidad hartamente probada, cuya tasa de rechazo acentúa esa fragilidad. Esto confirma una vez más que los caramelos obsequiados por enemigos siempre están envenenados. De ahí que sea necesario convencer a Hipólito de las malas consecuencias del respaldo oportunista y mal intencionado que le ofrecen desde enfrente.

El Nacional

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