Desde el mismo instante que empecé a escribir y a dar declaraciones para la radio y la televisión entendí que tenía que ser lo suficientemente claro, teniendo como norte la verdad, pudiendo ser consecuente con mi forma de ser.

También sé que a partir de ese momento habrían personas que estarían de acuerdo y otras no.
Pero, como siempre, hablaban por debajo y no exponían lo que opinaban de forma pública.

No mantenían un criterio con valor. Esto me recuerda a un hombre de indiscutible verticalidad en el campo del canto. Decía sus verdades como sea y con quien sea.

La foca, como le decía Casandra, acababa con los medios de promoción del país y muchas veces decía oprobios en contra de su tío Joaquín Balaguer. Con mucha propiedad decía que los aparatos de La Z los entró a través de Laíta, su madre, y Bienvenido no le ponía ni un solo tema. La persona que escribió “Laíta Balaguer” fui yo en todas las cajas en que venía la futura emisora Z.

Recuerdo que una vez el amigo Jorge Taveras me dijo que éste lo había llamado desde Taiwán, a las 4:00 a.m. diciéndole que acababa de ver un concierto de Pavarotti y que había encontrado más de dos desafinaciones en el mismo.
“Jorge, Pavarotti desafina”

Los que saben de verdad dicen que la mayoría de los cantantes desafinan. Tomando como referencia el piano recién afinado es imposible que cantantes y músicos logren una armonía con éste. El jazz logró una mayor libertad con este tema. Y el “autotune” en estudios y show en vivo.

Cuando Lope terminaba sus discusiones, que se transformaban en arenga, terminaba diciendo a los que allí estaban: ”En sus bocas quedo”, y los señalaba.

Nuestro folcklore con versos similares:
“Mañana me iré de aquí
y como todos lo verán
después que yo me vaya sabe Dios lo que dirán”.
Tatico, una persona autentica de nuestra música aportaba a nuestro folcklore esta gran verdad.

Lo de Lope es usado a diario por nuestros músicos y cantantes.
A todos aquellos que viven acabando con lo que decimos verdades sin temor, le cantaríamos un verso de una canción del dominicano José Alberto el canario, que habla sobre la crítica, y en su estribillo dice: “La gente critica, pero me mantiene”.