Opinión

ENFOQUE SEMANAL

ENFOQUE SEMANAL

El procurador general tomó una decisión apresurada y equivocada.-

Sin lugar a dudas que se trató de una insólita metida de pata la dada por el máximo representante del ministerio público, el antepasado sábado al disponer el traslado, desde la cárcel pública de La Romana del empresario del transporte Blas Peralta, al centro de Rehabilitación de Reclusos ubicado en Santo Domingo Norte, una entidad dotada de mínimas medidas de seguridad, y ciertas comodidades que no se tienen en las cárceles comunes.

Este Centro de Rehabilitación está destinando a alojar a reclusos con más de 65 años de edad y que hayan cumplido las dos terceras partes de las condenas que les hayan impuesto los tribunales, cosa ambas que no cumplía Peralta, quien se disfraza de dirigente sindical, como presidente de la Federación nacional de Transporte Dominicana, para manejar a su antojo las cargas de los muelles dominicanos.

Blas Peralta está acusado del asesinato del exrector de la Universidad Autónoma de Santo Domingo Mateo Aquino Febrillet, junto a los nombrados Rafael Peralta Peña, un coronel retirado de la Policía Nacional que funge como su guardaespaldas, y los nombrados Geraldo bautista y Franklin Venegas, quienes guardan prisión preventiva de un año en la también cárcel de La Romana
Para justificar su despreciable decisión el Procurador General alegó que Blas Peralta sufre de diabetes aguda, de alta presión descontrolada, una agravada hernia cervical y pérdida de peso, pero se le olvidó citar los nombres de la comisión de médicos forenses que detectó estos males, y revocó la medida tomada de forma administrativa, y por consiguiente ilegalmente, pues un fiscal, sin importar su categoría no puede revocar la decisión de un juez, más rápido que inmediatamente porque bastó con que la Universidad Autónoma de Santo Domingo se pronunciara en contra de la misma, amenazando con protestas y movilizaciones, junto a la familia del asesinado exrector Febrillet, para que Blas Peralta fuese llevado, a la carrera, de vuelta a La Romana.

Lo que impidió que se cumpliese el viejo dicho, muy usado entre nosotros, de que la rueda del molino de la justicia solo muele bien y parejo para los pobres, y que los ricos o pudientes siempre encuentran un bajadero para burlarse de la ley.

Por lo cual esperamos que este error o traspiés, inocente o no, no se repita.

Y hasta el próximo domingo, con más Jerez y más Whisky

El Nacional

La Voz de Todos