Opinión

ENFOQUE SEMANAL

ENFOQUE SEMANAL

La delincuencia más que preocupante.-

La Policía Nacional necesita recuperar su imagen que está muy deteriorada, y aunque sabemos que ninguna obra humana es perfecta sabemos que bien puede mejorarse cuando se trabaja para lograrlo con dedicación y entusiasmo.

Se necesita con urgencia hacer una obra de bien público, que se traduzca en una seguridad ciudadana mucho mejor que la que ahora tenemos.

Nosotros que vivimos en la margen oriental de Santo Domingo somos clientes asiduos de la Farmacia Irina, ubicada en la avenida Sabana Larga, la cual suministra servicio nocturno y esta madrugada a las 2 y media en punto nos dirigimos a la misma en procura de un calmante para un dolor que nos había atacado súbita mente y grande fue nuestra sorpresa al encontrar el establecimiento cerrado porque la delincuencia nocturna le había obligado a hacerlo.

Ello nos trajo a la memoria los tiempos en que éramos director de relaciones públicas de la Cruzada del Amor y teníamos un raso de la Policía asignado como chofer y seguridad, el cual obedecía en un minuto cualquier instrucción que le dábamos al respecto.

No podemos olvidar que el auge de la delincuencia corre parejo con el enorme consumo de drogas que ha experimentado la ciudadanía en los últimos meses. Pues no hay rincón en Santo Domingo donde no haya un punto de venta de marihuana o cocaína.

Sabemos que el presidente Danilo Medina se preocupa por la situación y ha dado muchos recursos a la Policía para incrementar su eficiencia, pero se necesita hacer más para aumentar el patrullaje motorizado en los barrios sin excepción de ninguna clase.

Hace mucho que conozco al actual jefe de la Policía mayor general Ney Aldrin Bautista. un hombre serio y trabajador que está dedicado al máximo a combatir los delincuentes, pero estos amenazan con desbordarlo si la ciudadanía no colabora plenamente con la institución del gobierno.

Todo el mundo está consciente de lo que se necesita hacer, comenzando por los propios agentes de la Policía Nacional, pero es inadmisible que nada menos que en un cuartel policial un raso mate a otro por la espalda de un balazo dizque porque le robó la cartera, cosas así no son tolerables y requieren de una mayor educación cívica del agente del orden.

Y hemos dejado, intencionalmente para último, el papel de la justicia, porque con jueces y fiscales venales o corruptos, no se puede lograr la sociedad trabajadora y tranquila a la que todos aspiramos.
La sociedad no puede ser permisiva frente a los delincuentes, sino exigir la aplicación más dura posible de la ley, para que sirva de ejemplo disuasorio a quienes se sientan tentados a disponer de la vida ajena, sean bienes materiales o la vida.

En Estados Unidos, el más humilde de los magistrados no le tiembla el pulso para aplicar el máximo de la ley al más engreído de los potentados, porque allá se aplica el proverbio romano que dice DURA ES LA LEY PERO ES LA LEY.

El Nacional

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