Opinión

ENFOQUE SEMANAL

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Un espectáculo para llorar, no para celebrar

La convención nacional perredeísta, impuesta contra viento y marea por el ingeniero Miguel Vargas Maldonado el pasado día 20, y quien se muestra dispuesto a perpetuarse en el poder hasta el 2018, y aún más allá, resultó un espectáculo penoso, que más que para celebrar, dio ganas de llorar.

Para sacarnos verdadero en esta afirmación basta con recordar que en las elecciones presidenciales del 2012, con todo y la feroz lucha que libraba Hipólito Mejía con el ingeniero Vargas Maldonado, el PRD fue capaz de obtener casi un millón de votos.

Y ahora, con toda y la fanfarria, además de los millones gastados por Vargas Maldonado, apenas si se inscribieron en el PRD, un poco más de medio millón de militantes, en un dudoso padrón que nadie fiscalizó, de los cuales votaron menos de 225 mil partidarios del otrora buey que mas jalaba, menos de 200 mil por Vargas Maldonado y apenas 17 mil y pico por el fogoso Guido Gómez Mazara, a pesar de que este proclamaba que por cada diez votos que sacara su rival, el obtendría catorce.

Todo indica que llegó la hora de cantarle al PRD el Oficio de Difuntos que la Iglesia Católica reserva para sus fieles fenecidos, porque pretender que en el 2016 el ingeniero Vargas Maldonado sea capaz de ganarle a un hombre de la sapiencia y carisma del tres veces ex Presidente de la República, doctor Leonel Fernández, resulta muy cuesta arriba.

El próximo paso del PRD, con el agrónomo Hipólito Mejía a la cabeza, será convertirse en el Partido Revolucionario Mayoritario, sin descartar la posibilidad de que el licenciado Luis Abinader, reviviendo las siglas de la Alianza Social Dominicana, el partido fundado por su padre el doctor José Rafael Abinader, en otra división antigua del PRD, no trate de convertirse en una tercera fuerza perredeísta independiente bajo el nombre de Convergencia Nacional.

De todos modos, en ninguna operación matemática, y las elecciones lo son por naturaleza, pues se trata de sumar votos, nadie jamás ha ganado restando o dividiéndose, como parece ser el destino del partido que fundara el profesor Juan Bosch en 1939 en Marianao, La Habana, y que tuvo en el fenecido doctor José Francisco Peña Gómez su líder más carismático, y esto sin contar los vejámenes sufridos por un grupo de periodistas, ultrajados y amenazados por espalderos de varios jerarcas del PRD, seguidores de Vargas Maldonado, tratando de impedir que se diese a conocer al pueblo dominicano, por televisión, el penoso espectáculo de la pírrica convención del partido blanco.

Y hasta el próximo Domingo, con más Jerez y más Whisky.

El Nacional

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