Opinión

ENFOQUE SEMANAL

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Una nueva etapa en las relaciones exteriores

 

Si, como dijera el poeta, Cuba y Puerto Rico son las dos alas de un mismo pájaro, el cuerpo del ave lo conforma la isla de Santo Domingo, dividida en dos Estados soberanos, Haití y la República Dominicana.

Entre haitianos y dominicanos las relaciones han marchado a tropezones, con momentos difíciles, desde la invasión de Dessalines en 1801 hasta nuestra declaración de Independencia la noche del 27 de febrero de 1844, pasando por la masacre trujillista de 1937.

Con Puerto Rico, las relaciones no han sido tan tensas, no solo desde los tiempos en que era una colonia española, hasta 1899, cuando la guerra desigual entre Estados Unidos y España convirtiera a la tercera de las Antillas Mayores en una colonia del país de las barras y las estrellas, del que ahora es un Estado Libre Asociado.

Se trata de nuestros dos vecinos más cercanos y muy importantes socios comerciales, no solo porque en nuestro suelo viven cientos de miles de haitianos, la inmensa mayoría de ellos indocumentados, mientras que en Puerto Rico existe un importante núcleo de dominicanos, aunque las cosas marchan a veces con sus altas y sus bajas, y van en proceso de mejorar.

Por ejemplo la ayuda puertorriqueña fue muy importante para el establecimiento, en la región oriental de nuestra industria de la caña de azúcar, en un tiempo nuestro sostén económico, aunque ahora ha entrado en un período de recuperación.

Por eso hace muy bien nuestro flamante canciller, licenciado Andrés Navarro, en anunciar una nueva era en las relaciones exteriores del país, urgida de nuevos enfoques que nos hagan mejorar las relaciones no solo diplomáticas, sino también comerciales, industriales y de cooperación científica, en un mundo globalizado. Esta nueva etapa en las relaciones exteriores del país comenzarán, según reveló el propio licenciado Navarro, con sendas visitas de Estado a San Juan de Puerto rico y Puerto Príncipe, para reunirse con sus máximas autoridades y estrechar la cooperación y la buena amistad, siempre necesaria, entre vecinos tan próximos.

Por eso hay que extender un voto de reconocimiento al licenciado Navarro, un hombre de clara inteligencia y un espíritu pragmático, que sabe bien lo que tiene entre manos, y cómo manejarlo, para lo cual cuenta con la plena confianza del Presidente, licenciado Danilo Medina.

No es cuestión de tener o no tener experiencia en el campo diplomático, sino también de asesorarse con expertos en la materia, para que su gestión que ahora se inicia con tan buenos augurios, culmine con el mejor de los éxitos, y así se le recuerde, al terminar su mandato el 16 de agosto del 2016.

 

Y hasta el próximo domingo, con más Jerez y más Whisky.

El Nacional

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