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Entre el cielo y tierra

Entre el cielo y tierra

 

Vivir en Brasilia

Brasilia, Brasil.- Vivir en Brasilia es vivir en una ciudad de grandes particularidades y grandes contrastes, vivir en una capital nueva que nada o muy poco tiene que ver con otras capitales del mundo.

Aquí, al sentarme en un restaurante al aire libre me veo precisada a compatir mis alimentos con los pájaros que se acercan. Luego de ofrecerme un concierto con sus cantos no tengo de otra para agradecer y es que en esta ciudad las enormes áreas verdes en pleno centro contrastan con el modernismo de sus particulares edificios. Las matas llenas de mango en la vía pública me sorprenden. Excelente trabajo urbanístico y arquitectónico en esta ciudad que es de las pocas del mundo construídas y planificada para ser una capital. La única de las pocas construida en el siglo 20 que ha sido reconocida por la Unesco como patrimonio histórico y cultural de la humanidad.

Su clima seco se suavisa con el paisaje de su gran lago Paranoia, un lago que ocupa una amplia zona de la ciudad y le da un toque muy especial. En ocasiones me siento como en el campo, sobre todo cuando veo sus árboles tropicales llenos de pájaros que no paran de cantar.

Estar en Brasilia es estar en una ciudad que mucho y poco se parece al resto de Brasil. Acá cada cosa tiene su lugar. Las embajadas en la zona de las embajadas, los hoteles en la zona hotelera, los ministerios juntos todos, en fin, pero entre grandes diferencias predomina el mismo brasileño alegre, simpático y el mismo ambiente tropical del resto de la enorme Brasil.

En muchos restaurantes te puede sorprender un artista cantando en vivo cualquiera de los ritmos brasileños y entonces te olvidas que estas en una ciudad distinta, estas solo en la nueva capital del mismo Brasil.

Es una de las ciudades del mundo con más representación internacional a través de sus embajadas. Y con las embajadas un mundo de eventos culturales gratis que te permiten viajar desde acá a cada uno de los países que ofrecen su arte a través del cine, el teatro, la música, la danza y otras vertientes. Apenas acabo de llegar y ya amo a Brasilia.

 

 

 

El Nacional

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