¿Qué Pasa?

Entre el cielo y tierra

Entre el cielo y tierra

Mary Leisy Hernandez

 

Londres en dos días

Londres, Inglaterra.- Las primeras impresiones de la capital del Reino Unido las tuve desde el segundo nivel de uno de sus emblemáticos buses rojos. Desde allí vi las primeras escenas de la vida en la calle de esta dinámica ciudad y lo multirracial de la población de esta enorme urbe.

Nos desmontamos en el Trafalgar square y desde allí recorrimos a pie los más emblemáticos lugares. Como amante de las fotografías, no quise dejar de hacerme la emblemátia foto frente a la cabina telefónica roja, teniendo como fondo el Big Ben y el bus de dos pisos que pasaba. Es la carta postal más usada de esta ciudad.

 

 

Por coincidencia nos encontramos con un cambio de guardia mientras íbamos de camino hacia el Palacio de Buckinghan. Luego al cruzar por uno de los tantos parques, intentamos jugar con las numerosas ardillas que se paseaban entre los árboles y que compartían espacio con una gran diversidad de aves. Con razón se dice que Lóndres es una de las urbes que más área verde tiene.

 

 

Cuando nos dió hambre escogimos comer en el dinámico China town y luego nos sentamos a hacer la hora del té en uno de los tantos salones de Soho. Queríamos vivir por un fin de semana las tradiciones de Inglaterra y en parte de logramos.

En la noche caminamos al borde del Río Tamasís, mientras contemplábamos sus más famosos emblemas como el ojo de Londres, el London Bridge, la Torre, así los modernos edificios que muestran la grandeza del centro financiero de este reinado. Terminamos el día cenando en un restaurante indú para comprobar el porqué de la fama de la comida al curry de la ciudad.

Al día siguiente tomamos un sustancioso desayuno inglés en el Barrio Candem y estuvimos listos para caminar por la Oxford Avenue, para escudriñar por famosos barrios y atractivos mercados. Completamos con el Real Observatorio, donde se encuentra el punto que marca el meridiano de Greenwich y el tiempo medio. Al final nos quedamos por más, pero ya debíamos irnos a tomar el ferry que nos haría cruzar La Mancha hasta Francia. Otra vez será la oportunidad de ver lo mucho que nos falta.

El Nacional

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