¿Qué Pasa?

Entre el cielo y tierra

Entre el cielo y tierra

 

En un país tropical

Brasilia. Brasil. Lo bueno de vivir en un país que se parece mucho al tuyo es que muchas veces te sientes casi como en casa. La comida se le parece, el paisaje, el clima, la gente, entonces se te hace fácil trasladarte a tu pueblo y a tu gente aunque no tomes el avión en el que requieres durar casi 10 horas en el aire para volver a tus raíces.

El sábado, igualito que allá, traje huevos criollos del campo, traje aguacates, flores y esa satisfacción de haber pasado un agradable momento con el cantar de los pájaros y el sonido de las ramas mecidas por la brisa.

Igualito que en mi país estuvimos cobijados en la sombra de matas de mangos y diversas plantas que en muchos casos también se ven donde nací. Fue en una finca de un amigo en las proximidades de Brasilia y aquello fue como volver a mi infancia. Recordar cuando iba a Chacuey, Platanal, El Hato y otros campos cercanos de mi pueblo de los que siempre regresaba cargada de víveres, frutos frescos y otras delicias.

Estando en aquella finca tomamos leche recien ordeñada, comimos frutas tropicales y caminamos en medio del verdor en compañía de vacas, gallinas y otros animales que en su mayoría me son muy conocidos. Muchas cosas son distintas. Brasil es un pais enorme, acá es invierno cuando allá es verano y la producción de los frutos no se vive en la misma época. Aquí los mangos son una fruta de diciembre y no es precisamente en mayo que las flores muestran su mayor esplendor. Con todo y eso a mi me parece todo muy parecido. Lo que más se parece es la gente que aunque habla otro idioma parece ser la misma. Se queja menos que el dominicano, parece más abierto, más moderno, pero igual mucho se le parece sobre todo en lo simpático.

Las habichuelas, la yuca y otros alimentos comunes no se comen exáctamente de la misma manera, pero se comen. Ni idea tienen de lo que se llama mangú o tostones pero tienen tantos plátanos como nosotros.

Con todo y las diferencias en Brasil me siento casi como en casa. Tengo la dicha de volver a vivir en un país tropical.

 

El Nacional

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