¿Qué Pasa?

Entre el cielo y tierra

Entre el cielo y tierra

Villers-la-ville, Bélgica.- Las ruinas de un antiguo monasterio del siglo  XIII se convirtieron en escenario para acoger un gran espectáculo en el que el arte de los circos se manifestó en todas sus dimensiones. Músicos, malabaristas, acróbatas, trapecistas, payasos y otros artistas del mágico mundo de los circos, ofrecieron sus números entre los arcos, los árboles y  bajo los escasos techos que aún le quedan a este antiguo monasterio que acogiera en sus años de esplendor a cientos de monjes de la Abadía de Villers.

La vegetación crece silvestre entre los muros de esta antigua edificación que nos pareció perfecta para el espectáculo denominado “Noches de circo”.

Luces multicolores y velas sirvieron de iluminación cuando partió la luz del sol en esta jornada que comenzó a las cinco de la tarde y se extendió hasta cerca de la media noche.

Diversos espectáculos se ofrecían simultáneamente para el disfrute de grandes y chicos. Actuaciones llenas de sorpresas, risas y emociones.

A mí más que los números me gustó el mágico ambiente que proporcionaba el escenario que escogieron los organizadores de este festival en el que participaron cientos de artistas del arte de los circos.

Las ruinas como escenarios para espectáculos es una tradición de muchos años.

Dan un toque especial a festivales, conciertos, encuentros y otras actividades similares. Es una manera inteligente de seguir aprovechando escenarios que en otros tiempos sirvieran como iglesias, conventos, hospitales, cárceles y otras instituciones afines.  Sin embargo, esta costumbre encuentra en ocasiones, el rechazo de arqueólogos e investigadores que consideran que la utilización de estos patrimonios históricos pueden afectar su buena conservación.

A nuestro juicio el asunto es de control y atención. Con reglas claras podríamos aprovechar al máximo esos mágicos escenarios, si garantizamos antes, que su uso no provoca deterioro. Es una manera de seguir llenando de historia estos espacios como lo hacen en República Dominicana todos los domingos los del grupo musical Bonyé en las ruinas de San Francisco.

Ellos son un buen ejemplo de buen uso de nuestro patrimonio. Llenan de vida, alegría y color aquel antiguo espacio de la primada de Améric

El Nacional

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