Opinión

¿E`pa`lante que vamos?

¿E`pa`lante que vamos?

Habrá que esperar que pasen los nubarrones para determinar si en verdad “e`pa`lante que vamos”. El contraste entre los informes de organismos internacionales y el discurso oficial impide que todavía se puedan contar las estrellas.  Con los préstamos externos e internos que han duplicado la deuda pública y el apoteósico crecimiento económico de que se pavonea el Gobierno era difícil imaginarse que el desempleo ha aumentado, según las Naciones Unidas, de un 13.9 por ciento en 2003, cuando la nación padecía los efectos de la devastadora crisis bancaria, a un 14.1 en 2010. No ha sido el único signo  contrastante con el paraíso que pintan las estadísticas oficiales.

En la agricultura el desempleo se elevó  de un 14.7 en 2000 a un 15.9 por ciento en 2009. Todo esto aparte de que la inmensa mayoría de los empleos generados por una economía que crece a un ritmo meteórico son en el sector informal, de que en el país se pagan los salarios más bajos de la región y donde el dinero tiene menor poder adquisitivo.

Una verdad reconocida y divulgada por las propias autoridades. Pero todavía hay más. En los últimos 10 años la participación de la industria en el Producto Interno Bruto (PIB) ha descendido de un 34 por ciento a un 24. Aún así, el Gobierno dice que la industria no ha dejado de crecer a  ritmo acelerado. Con los papeles de WikiLeaks se esperaba saber más sobre la realidad nacional, al menos desde la óptica de la embajada de Estados Unidos.

 Con la publicación de sólo dos de los 1,675 informes confidenciales todo indica que habrá que conformarse con el efecto negativo que, según la diplomacia estadounidense, tiene la corrupción sobre la inversión extranjera.

El asunto ya no está en que las estadísticas no se corresponden con la realidad, sino la dicotomía entre los informes internacionales y el discurso oficial. Con ese panorama no se puede estar seguro de si en verdad “e`pa`lante que vamos”.

El Nacional

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